Megaoperativo por el prófugo más visto de La Plata
Edición Impresa | 27 de Septiembre de 2024 | 01:50

En silencio y, bajo siete llaves para evitar filtraciones sospechosas, la Justicia ordenó un megaoperativo en la localidad de Ringuelet, en busca de “cazar” al prófugo más visto de la ciudad de La Plata. Se trata de Marcelo Domingo Arévalo, alias “Noni”, quien tiene dos pedidos de captura vigentes. Ambos por el delito de tentativa de homicidio agravado. Sin embargo, se cree que alcanzó a escapar “por unos pocos minutos”.
De acuerdo a fuentes del caso, el fiscal Gonzalo Petit Bosnic requirió cuatro allanamientos para la zona de 1 y 515. El dato que se manejaba sobre la presencia del requerido, que entraba y salía de algunos domicilios del lugar, activó un protocolo de emergencia.
El Grupo Halcón, una fuerza superprofesional de la Bonaerense, fue la escogida para la tarea. Sobre todo, por su peligrosidad.
Una vez obtenida la autorización del juez garante, Agustín Crispo, se lanzó la redada, en la que colaboró un equipo de la DDI local.
Se hicieron movimientos sigilosos, de pinzas, previo paneo desde el aire con drones. Recién ahí se autorizó el avance de los equipos terrestres.
De todas formas, quedó la sensación de que Arévalo “se escapó por un pelito”. De hecho en unas de las fincas registradas, que contaría con más cámaras que un banco, encontraron a su mujer, al pequeño hijo recién nacido y dos celulares. Uno sería de “Noni”, por lo que ahora será sometido a distintos peritajes.
La información que surja de esos aparatos podría resultar reveladora y apurar la captura, que -a esta altura de las circunstancias- se hace desear. “Es como una mochila pesada para todos”, reflexionó un pesquisa en contacto con este diario.
Es que, si nos retrotraemos a la génesis del último pedido de detención que pesa sobre Arévalo, integrante de una familia con varios de sus miembros involucrados en causas judiciales graves, en mayo pasado, cuando se desató un incidente en una gomería de Tolosa, lo llamaron por teléfono y apareció a dirimir el conflicto, que terminó con tres heridos de bala, entre ellos el propio Arévalo.
Se sabe que mantenerse prófugo de la Justicia tanto tiempo requiere de una inversión económica de envergadura.
“Por lo general, se necesita montar una estructura de seguridad con soldaditos pagos, que lanzan el aviso ante la primera señal de peligro, y además comprar favores”, indicó el mismo portavoz.
“También cambiar de alojamientos, movilidad y comprar insumos”, agregó.
En este expediente, sus defensores, que no salen dos pesos, plantearon distintos recursos, aunque por ahora no encontraron favorable acogida a su pretensión liberatoria.
Los abogados plantean un cese en la medida de coerción, pero le respondieron que no procede, porque Arévalo continúa fuera del alcance de la ley.
Un año antes, a la salida del local “Hoggans”, sito en 45 entre Diagonal 74 y 9, la Justicia acreditó que “Noni”, al comando de un Audi de color oscuro, siguió a dos motovehículos a toda velocidad, a uno de los cuales, en 9 y 46, impactó de lleno.
En ese rodado viajaban dos jóvenes, que volaron por los aires y sufrieron graves heridas.
En el pedido de detención por ese hecho, se refirió una actitud de total desprecio hacia la vida humana y que Arévalo no logró su cometido “por cuestiones ajenas a su voluntad, toda vez que se acercaron dos personas que lograron auxiliar a las víctimas de autos”.
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