Qué hay detrás de la ola de incendios forestales que afecta a América Latina
Edición Impresa | 29 de Septiembre de 2024 | 03:02

Ecólogos latinoamericanos acaban de hacer público un informe acerca de la ola desenfrenada de incendios forestales en América latina, en donde los efectos del cambio climático, la prolongada sequía y las malas prácticas en el campo atizan una crisis que viene dejando muertos, evacuados, grandes ciudades cubiertas por humo y pérdidas millonarias, según se reflejó en el informe publicado en este diario.
Una especialista brasileña advirtió que esta última sucesión de grandes incendios es “completamente distinta” a la que asoló las selvas de Brasil, Perú y Bolivia en 2019. En ese año las lluvias ayudaron a contener a distintos frentes de fuego, que habían sido iniciados especialmente por agricultores brasileños para preparar sus tierras y dedicarlas a futuros cultivos.
Ahora, casi todo el continente “vive una sequía severa”, apuntan los ecólogos. Ello viene ocurriendo incluso en la Amazonía “una de las regiones más húmedas del planeta, en donde el paisaje se ha vuelto muy inflamable por el cambio climático”, alertan. La mayor selva tropical del mundo vive los peores incendios en casi dos décadas, según el observatorio europeo Copernicus.
El país más afectado es Brasil: las llamas arrasaron 40,2 millones de hectáreas de vegetación en 2024, muy por encima de la media anual de la última década (31 millones), según Copernicus. Ecuador, que evacuó el miércoles a un centenar de familias amenazadas por el fuego en su capital, y Perú, con 21 fallecidos por las llamas y el humo, han declarado la “emergencia” en varias provincias. Como se sabe, buena parte de Brasil sigue envuelta en esta nube de humo tóxica, que se extendió por los países vecinos y llegó a Montevideo y Buenos Aires.
En el caso de la Argentina, los incendios en Córdoba están demostrando que afectan los caudales de los arroyos serranos. Las zonas quemadas de pastizales pueden captar hasta un 48 por ciento menos de agua si están impactadas por el fuego, asegura un análisis de investigadores del Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Las razones son que el suelo quemado pierde capacidad de infiltración y que, los pastizales demandan toda el agua posible para volver a brotar.
En el año 2020, en el territorio argentino los incendios forestales afectaron unas 1.151.931 hectáreas de las cuales más del 40 por ciento pertenece a la región del Delta de Paraná. En 2022 y solamente en la provincia de Corrientes, se registró que más de 330 mil hectáreas en zonas de humedales fueron afectadas por los incendios.
Si bien es importante disponer de aviones hidrantes, equipos de bomberos con suficientes recursos y otros elementos de combate, los especialistas insistieron en que es necesario apuntar a la combinación formada por las intensas sequías y las acciones humanas responsables de los fuegos, como mejor fórmula de lucha contra este fenómeno.
“Todos los gobiernos quieren contratar miles de brigadistas, comprar aviones, etc. Está bien, pero es muy poco y siempre se llega tarde”, dicen los especialistas que, en cambio, reclaman prevenir los incendios y buscar fórmulas para enfrentar la dura realidad de que los modelos climáticos vigentes muestran que estos episodios calamitosos “serán cada vez más intensos y frecuentes”.
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