El festejo tiene un sabor especial porque llegó sin haber tenido buen juego
Edición Impresa | 3 de Septiembre de 2024 | 01:54

Por MARTIN MENDINUETA
Cinco presentaciones consecutivas con resultados dulces le han permitido edificar una racha que cualquier hincha tripero valora y disfruta en partes iguales.
Muy mejorado en la tabla de posiciones del torneo regular y expectante por lo que se aproxima en la Copa Argentina, el Lobo ya tendrá tiempo de sobra (el próximo fin de semana no hay fecha) para realizar la autocrítica que demanda un rendimiento muy poco convincente como el de ayer.
Con dificultades y carencias en cada una de las líneas, Argentinos lo incomodó bastante más de lo que se preveía. La producción mens sana mostró fallas desde los primeros minutos y, salvo algunas llegadas con peligro, quedó a merced del prolijo trato de pelota de los hombres del Bicho.
Haber ganado sin merecerlo no frenó a su gente ni a sus jugadores de un festejo con tips de fuerte desahogo. Después de haber superado momentos complicados, el plantel se aferra a esta seguidilla que le permitirá al cuerpo técnico continuar en la búsqueda de un funcionamiento más parecido al que consiguió en sus primeros partidos como entrenador tripero.
EL RIVAL NO SUPO DEFINIR LO QUE GENERÓ Y ESO RESULTÓ DECISIVO
Sin figuras consagradas y sufriendo el recambio obligado por las ventas que realizó, Argentinos igual se animó a ensayar combinaciones tocando la pelota al ras del piso.
Siempre fue nítida la percepción del trámite de las acciones. El local corría, muchas veces impotente, detrás de lo que proponía su huésped.
Gimnasia sí tuvo el valor de no bajar los brazos y de “pelear” siempre por un resultado que terminó consiguiendo cuando hasta le resultaba simpático el empate.
El pecado de Argentinos resultó su impericia para cerrar de la mejor manera los buenos ataques que supo construir, pero el equipo que ahora dirige Zermatten jamás imaginó que podía regresar a su pago con derrota y muy enojado con el árbitro, que es sobrino de Federico Beligoy, máxima autoridad de los jueces a nivel nacional.
La mayor celebración albiazul radicó en haber dado otro paso, aunque sea sólo en lo matemático, para cimentar una formación que todavía no terminó de asimilar la salida hacia Italia de Benjamín Domínguez y, al mismo tiempo, la inserción de Norberto Briasco como flamante integrante del equipo base.
Semejante festejo en el comienzo de la semana encierra un sabor especial por haberlo gestado sin tener el respaldo de una buena producción colectiva.
EL URUGUAYO NECESITA AYUDA EN LA MARCA DEL MEDIOCAMPO
Fue difícil destacar actuaciones individuales en el boletín tripero. La banda izquierda estuvo demasiado permeable y en la franja central se advirtió que Martín Fernández (esta vez su producción incluyó notorios errores en las entregas) necesitó ayuda para cortar el circuito creativo de un rival que apostó por la dinámica de varios jóvenes.
El Pata Castro no marcó diferencias con su habilidad, Garayalde tuvo su punto más alto en un cabezazo ofensivo que se fue muy cerca de la base del palo derecho, Matías Abaldo quedó preso de apariciones discontinuas al igual que Briasco; mientras que Castillo, se sabe, depende mucho de las asistencias que pueda recibir.
El sorpresivo penal cambió la historia por completo. La tendencia se fue al tacho de basura; Argentinos “perdió” la cabeza en las protestas ante un árbitro de flojo desempeño que no fue corregido por el VAR (Espinoza) y la tardecita elevó al Lobo como inesperado ganador de una pulseada que lo puso tenso. Fue penal y a la bolsa. Así ganó Gimnasia.
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