Necesidad de impulsar una política hídrica para la rica llanura bonaerense

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Una vez más el ciclo ancestral de alternancia entre sequías e inundaciones en la provincia de Buenos Aires se está haciendo sentir, en esta oportunidad sobre todo en la zona Norte del territorio que vine sufriendo un pronunciado déficit de lluvia que también afecta a los campos del sur de Santa Fe.

El norte bonaerense enfrenta un inicio de 2025 complicado debido a la falta de lluvias desde hace muchas jornadas. Asesores de localidades como Baradero, Rojas y Colón coincidieron en que el panorama es preocupante, especialmente para el maíz temprano.

Este déficit de lluvias dejó consecuencias visibles en las reservas de agua del suelo. “Actualmente van de escasas a sequía en la mitad de la región núcleo, y si se suma el área con contenido de agua regular, el guarismo asciende al 80 por ciento. siendo el nordeste bonaerense el sector más seco”, señaló un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

El norte bonaerense enfrenta un inicio de 2025 complicado debido a la falta de lluvias. Asesores de localidades como Baradero, Rojas y Colón coincidieron en que el panorama es preocupante, especialmente para el maíz temprano.

Este cultivo fue la opción predominante de ese año por el riesgo de la chicharrita. “Los maíces sembrados son casi todos de fechas tempranas de octubre y septiembre; no hay maíces de primera tardíos y apenas un 10 por ciento de maíces de segunda”, indicaron los especialistas.

En este contexto, cabe recordar que, al margen de que la sequía y los períodos lluviosos constituyen fenómenos naturales, hasta ahora inmodificables para el hombre, existen previsiones de manejo que pueden hacerse con estos ciclos de alternancia climática que se presentan en la pampa húmeda y especialmente en nuestra provincia.

No puede considerarse una solución estructural actuar por reacción y sólo cuando los fenómenos meteorológicos cambiantes se vuelven críticos, mediante operativos que resultan esporádicos, desplegándose estrategias de corto plazo o, a lo sumo, aptas para paliar mínimamente algunas emergencias, pero alejadas, por cierto, de la política hídrica integral que la Provincia necesita desde muy antiguo para el campo.

Esa política debiera ser la que permita corregir la vieja alternancia entre sequías e inundaciones, y eso requiere naturalmente, como lo postuló hace más de un siglo Florentino Ameghino, la existencia de lugares en donde pueda guardarse el agua de los períodos lluviosos para mitigar las necesidades cuando el clima determina que se reduzcan las precipitaciones.

Ameghino proponía crear enormes reservorios de agua, de los cuales poder abastecerse en los períodos de sequía, diagramándose el riego mediante canalizaciones secundarias. Muchos especialistas calificaron como apropiada a esta propuesta, compatible además con las alternancias entre sequías e inundaciones que tanto afectan a la muy rica llanura bonaerense.

 

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