Los libertarios, el recuerdo de 2009 y una interna peronista contenida para no generar olas
| 11 de Octubre de 2025 | 18:05

Néstor Kirchner sufrió en aquellas elecciones legislativa de 2009, una derrota impensada en la Provincia a manos del empresario Francisco De Narváez. Fue por apenas dos puntos, pero su impacto resultó enorme. Incluso, para tapar aquella lectura victoriosa de los comicios de medio término que ensayó el entonces gobierno nacional que contaba como único dato relevante la ventaja que había obtenido el peronismo sumado en todo el país.
La Libertad Avanza se tienta con reflejarse en aquél cuadro lejano. Descuenta que será muy difícil dar vuelta el resultado que quedó sellado el 7 de septiembre en la Provincia. Apuesta a reducir esa diferencia de casi 14 puntos que le sacó Fuerza Patria. Achicar esa brecha es un insumo indispensable que se debería conjugar con victorias en otros distritos para exhibir un triunfo nacional que parece improbable.
La complejidad por la que atraviesa el gobierno libertario para encarar esa empresa en territorio bonaerense es por demás notoria. Sigue entrampado en la discusión legal por las candidaturas y la reimpresión de las boletas. Acaba de dibujársele una sonrisa al conseguir en la Cámara Nacional Electoral que se ubique como primer candidato de la lista de diputados a Diego Santilli. Parece apenas una formalidad: Santilli será efectivamente el primer candidato a los efectos legales, pero en la práctica, quien aparecerá al tope de la boleta será el renunciado José Luis Espert.
La posibilidad de llegar a tiempo con la reimpresión de la boleta única parece ya descartada. Restan varias instancias judiciales por saldar y apenas dos semanas para los comicios. El Gobierno le soltó la mano a Espert luego de semanas de titubeos tras confirmarse su vínculo con una empresario acusado de tener negocios con el narcotráfico. Pero la sombra del “Profe” acompañará al Gobierno, como una mancha indeleble con foto y nombre incluido, hasta el domingo 26.
En el terreno cambiario, al apoyo del gobierno de Donald Trump llegó en un momento asfixiante, cuando el Tesoro se estaba quedando sin munición para sostener el valor del dólar. La intervención de la administración norteamericana puede ayudar a Javier Milei a transitar la recta final rumbo a las elecciones con los mercados dentro de un marco de cierta calma. La duda que sobrevuela en la escena nacional es por cuánto tiempo seguirán soplando esos vientos favorables para una administración que consumió con inusitada rapidez los anabólicos que aportaron el blanqueo de capitales, el FMI y el anticipo de liquidaciones de las cerealeras.
El peronismo asiste a ese escenario con sus propias internas contenidas, apenas disimuladas frente a la necesidad de no generar situaciones que enturbien su propio envión electoral.
La lectura del resultado del domingo 26 volverá a desatar esa disputa. También, las decisiones de política y gestión que se vienen y que tiene que ver con el gabinete de Axel Kicillof y la pelea por la jefatura del PJ bonaerense que se daría sobre finales de este año.
Esa guerra fría con plazo fijo decantará, se presume, en movimientos fuertes. Los cambios, algunos obligados, en el equipo de gobierno provincial, serán una medida de hasta dónde pretende llegar el Gobernador como gestor de su propia candidatura presidencial y conductor de, al menos, un sector del peronismo.
Hay quienes interpretan que el cambio de gabinete que vendría no podría ser leído solamente como una medida atada a los dos últimos años de gestión. La eventual salida de algunos funcionarios que integran el kirchnerismo duro podría terminar siendo una señal política de peso. La duda es si Kicillof buscará capitalizar su acierto al desdoblar las elecciones de septiembre o si por el contrario preferirá mantener el equilibrio inestable con el que convive con el kirchnerismo.
Otra estación es la pelea por la conducción del peronismo. Máximo Kirchner anunció que llamará a elecciones porque su mandato vence en diciembre y la convocatoria debería hacerse en breve. Existe, aún en forma embrionaria, una suerte de operativo político de La Cámpora para que el diputado nacional continúe a cargo del partido.
Distintas versiones señalan que en la Gobernación preferirían a algún intendente como alternativa a la continuidad del líder camporista.
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