Día del psicólogo y psicóloga: de profesión castigada a una de las más elegidas en La Plata
| 13 de Octubre de 2025 | 09:44

Por las calles de La Plata, cada diez cuadras a la redonda -en promedio- hay un psicólogo o psicóloga. No es una metáfora: según el Colegio de Psicólogas y Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, en la capital bonaerense hay 4727 profesionales con matrícula vigente hasta mediados de septiembre. Una cifra que pinta el mapa de una ciudad donde el mate y la terapia son parte del mismo ritual: escuchar, pensar, hablar. Y desde hace 40 años, profesionalmente.
El 13 de octubre se celebra el Día del Psicólogo en la Argentina, una fecha que invita a reconocer una profesión que ha atravesado con crudeza la última dictadura, prejuicios y transformaciones profundas, y que en la actualidad goza de una presencia masiva -y necesaria- en la vida cotidiana. Dicha fecha ya que es en conmemoración al Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología, realizado en Córdoba del 11 al 13 de octubre de 1974.
Este año, además, se cumplen 40 años de la sanción de la Ley 10.306, la Ley de Ejercicio Profesional de la Psicología en la provincia de Buenos Aires, aprobada el 1° de agosto de 1985. Aquella norma fue un punto de inflexión: reconoció formalmente la autonomía de la disciplina y delimitó su campo de acción.
El Artículo 52 de la ley es claro: para ejercer como psicólogo o psicóloga se debe contar con matrícula activa. No tenerla o tenerla suspendida inhabilita el ejercicio en cualquiera de las actividades contempladas por el Artículo 2, que van desde la enseñanza y la investigación hasta el tratamiento y el asesoramiento.
Aquel avance institucional fue también una conquista de la democracia: un reconocimiento del derecho a pensar, a acompañar y a cuidar desde la palabra, después de años en los que la Psicología fue perseguida y silenciada.
Una historia con heridas
Durante la última dictadura militar, la psicología fue una disciplina incómoda. El terrorismo de Estado la golpeó con fuerza: profesionales y estudiantes fueron perseguidos, carreras cerradas, libros prohibidos. En 1978, Beatriz Perosio, entonces presidenta de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires y de la FePRA, fue secuestrada y permanece desaparecida.
En 1980, el entonces ministro de Educación, Juan Rafael Llerena Amadeo, firmó la tristemente célebre Resolución 1560, conocida como la de los “Tres No”: no a la psicoterapia, no al psicoanálisis, no a la administración de drogas psicotrópicas. Una medida que pretendía limitar el alcance del título de psicólogo y subordinarlo a la medicina. Fue una época oscura, donde pensar libremente también era un acto de resistencia.
Hoy, la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) es una de las más pobladas del país. En 2024 registró 11.309 estudiantes activos, incluyendo 3.749 ingresantes, y 459 egresados sobre unos 2.091 que estaban próximos a recibirse.
La carrera crece año tras año. En 2019 hubo 305 egresados; en 2020, 406; en 2021, 350; en 2022, 548; y en 2023 (510) volvió a ubicarse entre las cinco facultades con más graduados de la UNLP, junto con Artes, Jurídicas, Médicas y Humanidades.
UCALP, por su caso, tiene a la carrera en la Facultad de Humanidades y es una de las cuatro casas de estudios más elegidas, siendo la segunda que más egresados tiene detrás de Derechos y Ciencias Políticas por lo menos promediando la última década.
Más allá de los números, la psicología platense es una comunidad viva: de aulas colmadas, debates interminables y prácticas que se expanden hacia hospitales, escuelas, barrios y organizaciones sociales sin importar edad.
A 40 años de la ley que les dio marco y reconocimiento, y a casi medio siglo de haber sobrevivido a la censura y la persecución, las y los psicólogos celebran su día con una certeza: en tiempos de incertidumbre, la palabra sigue siendo refugio.
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