Del entusiasmo al escepticismo: 1,1 millones de jóvenes podrán votar
Edición Impresa | 15 de Octubre de 2025 | 02:58

En el tramo final de la campaña, los partidos y alianzas políticas que competirán en las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre miran con atención a un porcentaje, nada menor, de votantes que por primera vez irán a las urnas. Son los 1.139.315 de jóvenes de entre 16 y 17 que se sumarán al padrón por haber alcanzado la edad mínima y podrán participar de los comicios que se realizarán en dos domingos.
En total, representan el 3,16% del padrón nacional de 35.987.634 electores. El 51% de estos nuevos votantes son varones; el 49%, mujeres. Mientras que hay 42 personas no binarias, según datos de la Cámara Nacional Electoral.
Ahora bien, aunque los jóvenes de 16 y 17 años pueden votar en la Argentina desde octubre de 2012 -a partir de la sanción de la Ley 26.774, conocida como “Ley de Ciudadanía Argentina–Voto Joven” e impulsada durante el segundo mandato de Cristina Kirchner- el sufragio para ellos es optativo, no obligatorio.
A eso hay que sumarle que el nivel de participación en la mayoría de las elecciones provinciales que se realizaron este año ha sido bajo, promediando el 60%. Más allá de que en este caso se trata de elecciones nacionales, su atractivo suele ser menor por elegirse cargos legislativos y no ejecutivos como en un comicio presidencial.
Un dato que alarma
Pero hay un dato que debiera inquietar aún más a las fuerzas políticas que quieran atraer a esta nada despreciable porción del electorado. El sector de los jóvenes es el que, en su mayoría, asegura no sentirse representado por la oferta electoral existente. En general, entre los nuevos votantes hay chicos y chicas que descreen de los políticos, según una encuesta nacional que en 2023 realizaron el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) y Unicef.
Los analistas coinciden en que el voto juvenil es el más difícil de fidelizar. Son electores que cambian de opinión rápidamente, menos atados a la tradición familiar y más permeables a los liderazgos rupturistas u outsiders. Paradójicamente, ese comportamiento resultó decisivo para la victoria presidencial de Javier Milei de hace dos años, cuando abundaron los relatos de menores convenciendo a sus padres para que optaran por “lo nuevo”, tras décadas de crisis recurrentes y caras conocidas.
Dos años después, la incertidumbre y la apatía parecen volver a ganar terreno entre los adolescentes y es una incógnita cuántos de los habilitados para votar por primera vez irán efectivamente a las urnas. Y, entre aquellos que lo hagan, qué decisión tomarán una vez dentro del cuarto oscuro.
Según un reciente análisis de los sociólogos Pablo Semán y Nicolás Welschinger publicado en Infobae, los focus group de los últimos seis meses muestran un aumento en el escepticismo de los jóvenes: “Aún cuando manifestaban preferencias conceptuales e incluso políticas afines a los libertarios, referían el malestar que vivían sus familias y lo computaban entre las consecuencias de la política económica del gobierno”, concluyeron en ese informe.
Semán y Welschinger coincidieron también en que el entusiasmo juvenil que hace dos años fue el motor del crecimiento de La Libertad Avanza (LLA) ahora “se licuó”. Agregaron que “hoy podemos ver que los jóvenes son el grupo que tiene menos predisposición a votar. Entre los sub-35 el porcentaje de quienes dicen tener ‘muchas ganas’ de ir a votar alcanza al 32,3 %, mientras que en los grupos de mayores a 35 años ese porcentaje aumenta con la edad”.
En este sentido, “la falta de entusiasmo de los jóvenes es tan notable como en 2023 fue su adhesión al candidato libertario”, algo que “parece provenir del descenso del voto a Milei”.
Los analistas citaron un relevamiento de Rubikón Intel, del que surge que, mientras para todos los grupos etarios la inseguridad es la principal preocupación (43,5%), son los sub-35 los más alarmados por la situación económica. El desempleo y la falta de ingreso (35,5%), la inflación y el aumento de los precios (30,1%), el endeudamiento personal y familiar (18%), son los temas que más inquietan a los jóvenes, casi en igual proporción entre varones y mujeres.
Como botón de muestra, el informe consiga el testimonio de un joven porteño de 21 años: “Algo anda mal. Argentina está rota, veo que todas las personas que buscan salir para adelante necesitan por lo menos dos trabajos sino tres y eso es injusto. De lejos veo a los que están acomodados viviendo algo así como una realidad paralela y en mi día a día veo de cerca a los que quieren salir adelante sin tiempo de descanso”, advirtió este estudiante que vota desde hace apenas tres comicios.
Frente a este desencanto, será ardua la tarea de los candidatos que pretendan darse a conocer y persuadir a aquellos que hasta ahora nunca participaron de una elección. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que elige 35 diputados nacionales y es el distrito de mayor peso electoral del país: de los 13.353.974 bonaerenses que conforman el padrón, 435.329 son jóvenes, lo que representa un 38% de esta franja etaria. Por eso aquello de que es aquí donde se juega “la madre de todas las batallas”.
Muchos nuevos votantes descreen de los políticos y dicen no sentirse representados
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