Buscan bajar la polución de la industria naviera

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Las naciones marítimas más grandes del mundo se reunieron en Londres el ayer para considerar la adopción de regulaciones que alejarían a la industria naviera de los combustibles fósiles para reducir las emisiones.

Si se adopta el acuerdo, será la primera vez que se impone una tarifa global sobre las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. La mayoría de los barcos hoy en día funcionan con fuelóleo pesado que libera dióxido de carbono y otros contaminantes al quemarse.

Las naciones se reunían en la sede de la Organización Marítima Internacional hasta el viernes. El gobierno de Trump rechaza inequívocamente la propuesta y ha amenazado con tomar represalias si las naciones la apoyan, preparando el escenario para una lucha sobre el acuerdo climático.

Los estados miembros de la OMI acordaron en abril el contenido del marco regulatorio. El objetivo era adoptarlo en esta reunión.

Eso sería una gran victoria para el clima, la salud pública, el océano y la vida marina, dijo Delaine McCullough de Ocean Conservancy. Durante demasiado tiempo, los barcos han funcionado con petróleo crudo y sucio, señaló.

“Este acuerdo proporciona una lección para el mundo de que la acción climática legalmente vinculante es posible”, afirmó McCullough, directora del programa de transporte marítimo del grupo ambiental sin fines de lucro.

Durante sus comentarios de apertura en la reunión, el secretario general de la OMI, Arsenio Domínguez, señaló que “la transición energética y digital del transporte marítimo ya ha comenzado. Sin embargo, la ausencia de regulaciones globales aumentará los costos de esta transición a largo plazo”.

EN AUMENTO

Las emisiones del transporte marítimo han crecido en la última década hasta aproximadamente el 3% del total global a medida que el comercio ha crecido y los barcos utilizan enormes cantidades de combustibles fósiles para transportar carga a largas distancias.

Las regulaciones, o “Marco de cero neto”, establecen un estándar de combustible marino que disminuye, con el tiempo, la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero permitidas por el uso de combustibles de transporte marítimo.

Las regulaciones también establecen un sistema de precios que impondría tarifas por cada tonelada de gases emitida por los barcos por encima de los límites permitidos, lo que en la práctica lo convierte en el primer impuesto global sobre esas emisiones.

 

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