De la hermandad a la mafia: cómo los “Hells Angels” se  convirtieron en un imperio criminal

Nacidas como grupos de camaradería entre exsoldados después de la Segunda Guerra Mundial, las bandas de motociclistas evolucionaron hacia organizaciones delictivas con presencia en 27 países y una estructura jerárquica

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos difundió un estudio que examinó la historia y el crecimiento de las denominadas bandas de motociclistas fuera de la ley, conocidas por su sigla en inglés Outlaw Motorcycle Gangs (OMGs). El documento, titulado Bonds of Brotherhood: The Origin and Growth of Outlaw Motorcycle Gangs y publicado en 2002 en la revista institucional The Gazette, fue elaborado por Heather Hamilton para el Office of Justice Programs (OJP), el área del gobierno norteamericano dedicada al análisis del crimen organizado y las políticas de seguridad.

Según el informe, estas pandillas surgieron en los Estados Unidos a fines de la década de 1940, cuando soldados que regresaban de la Segunda Guerra Mundial se enfrentaron a la falta de oportunidades laborales y buscaron mantener los lazos de hermandad que habían forjado en el frente. En ese contexto aparecieron los “Hells Angels”, cuyo primer capítulo se fundó en 1948 y marcaría el inicio de un fenómeno que se expandiría por todo el mundo.

UNA RED CON INTERESES CRIMINALES

Con el paso de los años, lo que comenzó como un club de motociclistas se transformó en una red transnacional con intereses criminales, fuertemente jerarquizada y con códigos internos estrictos. Durante la década de 1980, el grupo impuso que toda nueva sección contara con miembros que tuvieran experiencia en actividades delictivas rentables, consolidando así una estructura más profesionalizada y clandestina.

En 2002, los “Hells Angels” ya contaban con 217 secciones en 27 países y unos 3.000 miembros activos, una cifra que continuó en ascenso y creció de manera notoria en los últimos 20 años.

EL CASO CANADIENSE

El estudio del Departamento de Justicia dedicó un capítulo especial a Canadá, donde las OMGs aparecieron en las provincias de Ontario y Quebec a comienzos de los años cincuenta. A lo largo de las décadas de 1980 y 1990, los “Hells Angels” expandieron su presencia en todo el país, hasta convertirse en la organización dominante entre las 26 pandillas de motociclistas que operan allí.
Las investigaciones del OJP señalaron que estas organizaciones estuvieron involucradas en una amplia gama de delitos, que incluyeron lavado de dinero, fraude, robo, falsificación, usura, extorsión, prostitución, tráfico de armas y drogas, contrabando y homicidios por encargo. También participaron en negocios legales o semiclandestinos, como clubes de striptease y agencias de acompañantes, que funcionaron como pantallas para sus operaciones ilícitas.

Cada sección mantuvo su independencia operativa dentro de un territorio determinado, aunque respetó los símbolos, jerarquías y normas de conducta del grupo madre. Su organización se apoyó en una disciplina interna rígida y en un sistema de reconocimiento simbólico basado en los parches, los tatuajes y los llamados colores, que indican el rango de cada integrante.

SÍMBOLOS, RITUALES Y PODER

El estudio describió con detalle el significado de estos emblemas. Llevar los “colores” del club —la chaqueta con el escudo distintivo— representa la culminación del proceso de iniciación. Los tatuajes, en tanto, son marcas de lealtad y señalan la posición de cada miembro dentro de la estructura.

Las casas club, fortificadas y equipadas con sistemas de seguridad, actúan como centros de mando y refugio. Desde allí se planificaban las operaciones, se celebraban reuniones y se impartían órdenes, en un entorno cerrado donde la confianza y la obediencia eran condiciones inquebrantables.

HERMANDAD Y CRIMINALIDAD

El título del informe —Lazos de hermandad— reflejó la paradoja central del fenómeno: las mismas virtudes que unieron a sus fundadores, como la camaradería, la lealtad y la solidaridad, se transformaron con el tiempo en pilares de una estructura criminal globalizada.

El Departamento de Justicia interpretó que estas organizaciones reproducían una lógica cuasi militar, donde la identidad grupal y el sentido de pertenencia sustituyen al rol social perdido tras la guerra. Así, los antiguos lazos de amistad se convirtieron en vínculos de complicidad, y las rutas abiertas para la aventura terminaron siendo corredores del crimen organizado.

Hells Angels

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