No lo para ni el “Dibu”: más tensión y el dólar, en llamas

Volvió a dispararse pese a la intervención de Estados Unidos y el Tesoro local. Todas las cotizaciones cerraron en alza en una jornada marcada por una gran incertidumbre

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El dólar volvió a ser protagonista en el cierre de la semana. La divisa oficial subió 50 pesos y cerró a $1.475 en la pizarra del Banco Nación, mientras que en el segmento mayorista se ubicó en $1.435. Los dólares financieros también avanzaron: el contado con liquidación se vendió a $1.513 (+1,6%) y el MEP trepó hasta $1.499 (+2,3%). En el mercado informal, el blue alcanzó los $1.485, cinco pesos más que en la rueda previa.

El incremento coincidió con un nuevo episodio de intervención externa. Tal como confirmó públicamente el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, el gobierno norteamericano volvió a operar en el mercado argentino, no solo en el Mercado Libre de Cambios (MLC), sino también en los segmentos financieros asociados al dólar bursátil. La intención declarada fue contener la volatilidad cambiaria, aunque el efecto fue el contrario: la demanda de divisas se intensificó.

La dinámica local sumó su propio ingrediente. El Tesoro Nacional también participó del mercado, aunque con sentido inverso: en lugar de vender, compró dólares para afrontar compromisos con organismos internacionales. Esa operatoria produjo una caída de los depósitos en pesos por unos U$S123 millones y un incremento de los depósitos en moneda extranjera por alrededor de U$S120 millones. El saldo final, de apenas U$S3 millones, respondió a un pago programado.

Con esa maniobra, el stock de depósitos en dólares del Tesoro pasó de unos U$S308 millones a aproximadamente U$S429 millones. Sin embargo, el alivio se consideró transitorio. Entre los vencimientos del 15 de octubre (unos U$S190 millones) y los pagos previstos para el resto del mes (cerca de U$S162 millones), el margen de maniobra se redujo rápidamente.

El mensaje de Bessent antes de la apertura de los mercados buscó enviar una advertencia a los operadores: “Estamos monitoreando los mercados y tenemos la capacidad de actuar con flexibilidad y contundencia para estabilizar a la Argentina”, escribió en su cuenta de X. Confirmó además que el Tesoro continúa comprando pesos mediante la venta de dólares en el mercado spot y a través del “blue chip swap”, una modalidad que intercambia divisas por acciones de empresas locales.

Pese a esas señales, las cotizaciones siguieron en ascenso. En los bancos, el tipo de cambio minorista promedió entre $1.475 y $1.490 para la venta, con picos de hasta $1.495.

El S&P Merval cerró con una suba de 3,11%, en 1.989.555,40 puntos. Medido en dólares, el índice accionario avanzó 0,1% hasta U$S1.283, aunque en la semana acumuló una caída de 2,7%. Entre las acciones líderes se destacaron Aluar (+7,99%), Telecom (+6,92%) y Grupo Supervielle (+5,58%).

En Wall Street, en cambio, los ADRs de empresas argentinas operaron con mayoría de bajas. Las mayores caídas correspondieron a Grupo Financiero Galicia (-2,59%), Pampa Energía (-1,99%) y Central Puerto (-1,34%).

Los bonos en dólares tuvieron una jornada mixta: el AL30 subió 1,37% y el AL35 ganó 0,31%, mientras que los títulos globales cayeron entre 1,9% y 3,5%. Los más castigados fueron el GD46 y el GD41, con una pérdida semanal promedio de 6,5%, que llevó el precio ponderado de la deuda soberana a U$S59,8 por cada 100 nominales.

El riesgo país subió 2,5% y se ubicó en 1.029 puntos básicos, según la medición de JP Morgan. Las reservas brutas del Banco Central cerraron en U$S41.701 millones.

Rava Bursátil resumió la semana como “intensa para Argentina y Estados Unidos”, con el foco puesto en la reunión entre Milei y Trump, los nuevos datos de inflación y las expectativas sobre el alcance del respaldo financiero norteamericano. En ese contexto, los inversores siguieron apostando por cobertura cambiaria y activos defensivos, mientras el mercado medía cada movimiento oficial como anticipo de la próxima reacción del dólar.

Para PPI, el resultado visible fue un mercado más sensible a cualquier información sobre el flujo de dólares oficiales. El movimiento del dólar se alineó con una percepción de riesgo que, por ahora, responde más a la presencia de intervenciones que a una normalización consistente.

 

 

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