Para ellas: romanticismo funcional
Edición Impresa | 19 de Octubre de 2025 | 04:42

El vestido que vive más de un día
El clásico vestido blanco se reinventa en clave práctica. Los modelos midi o tea-length (a mitad de pierna) son los preferidos: cómodos, elegantes y perfectos para repetir en otra ocasión. El largo medio estiliza y permite combinarlo luego con zapatillas blancas, sandalias o una chaqueta liviana.
Los tejidos naturales como el lino, el crepé o la gasa de algodón son aliados del calor porteño. Las texturas fluidas y los colores suaves —blanco roto, champán, marfil, verde seco o rosa empolvado— se adaptan fácilmente a distintos usos posteriores.
Los diseñadores creen que “el nuevo lujo está en volver a usar”, y por ello proponen vestidos desmontables o con capas removibles para sus clientas civiles.
El conjunto dos piezas
Cada vez más novias eligen pantalón y top, una dupla moderna y reutilizable. Un palazzo de lino o crepé puede acompañarse de una blusa con transparencias o un top de encaje. Ese mismo pantalón puede luego ir con una camisa blanca o un top estampado para un evento informal.
El blazer liviano es otro comodín: aporta estructura y elegancia sin sobrecargar, y después pasa al guardarropa laboral o de salidas.
Accesorios con futuro
El civil invita a olvidarse del exceso de brillo. Los zapatos neutros, las sandalias cómodas y los tocados simples marcan la pauta. El secreto está en la neutralidad inteligente: joyería mínima, piezas doradas finas, perlas pequeñas, pañuelos de seda o cinturones que sirvan luego para otros looks.
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