En medio del dolor, sigue el reclamo por la masacre de Florencio Varela
Edición Impresa | 21 de Octubre de 2025 | 01:53

“Siento que todo el tiempo se juzga a las madres y, ¿quién pregunta por los padres de estos asesinos? No le preguntan a estos padres qué le enseñaron, porque acá supuestamente nosotros le enseñamos a prostituirse… A ver, los padres, ¿les enseñaron a matar? ¿les enseñaron a vender droga?”.
El testimonio pertenece Paula Fabero (38), la mamá de Brenda del Castillo (20), una de las víctimas del triple crimen narco en Florencio Varela, quien eligió expresarse al cumplirse un mes de la masacre.
La mujer, quebrada por el dolor de la pérdida familiar, recordó aquellas tardes en el sillón mirando la película “Búsqueda Implacable” junto a su hija.
“Siempre les decía que, si algo les pasaba, los iba a ir a buscar, pero nunca imaginé vivir esta pesadilla. Sé que mi hija se defendió porque tenía un carácter fuerte. Pido justicia, que paguen por lo que le hicieron”, mencionó.
“No la traje al mundo y no la crié para esto, es lo que más me duele. Hoy cuando fui al cementerio... yo no puedo tener a mi hija ahí, es una pesadilla. Me pasa a la noche que me acuesto y me agarra desesperación a las 3 o 4 de la mañana y quiero salir a correr, a gritar. Estoy destruida, por eso tampoco salgo a hablar”, reveló.
Paula reconoció que en los últimos meses discutía mucho con Brenda. “Mi hija hacía tres meses que estaba en eso (la prostitución) y yo me enteré un mes y medio antes. Me peleé, le dije de todo. Siempre tuve peleas con ella porque yo soy más...”, recordó y completó la frase con la seña de mano dura.
Agregó que sabe que su hija no era una “carmelita descalza”, pero con frecuencia ella intentaba que deje esa actividad y se quede en casa.
En tanto, una tía de la joven asesinada expresó: “No queremos más promesas. Queremos justicia de verdad, que paguen todos los que participaron”.
Por su parte, los parientes de Lara Gutiérrez (15) se reunieron ayer en la intersección de las calles El Tiburón y La Quila, en Ciudad Evita, para expresarse sobre el caso y reclamar el esclarecimiento de lo ocurrido.
Casi todos los sospechosos, vivían u operaban tanto en la Villa Zavaleta, ubicado en el límite de los barrios porteños de Barracas y Pompeya, como en el Bajo Flores, en la Villa 1-11-14.
Desde esos lugares saldría la droga que se comercializaba en diferentes puntos del sur del Conurbano bonaerense, donde también disponían de “aguantaderos” -como el de Florencio Varela-.
La agrupación comercializaba principalmente “Tusi”, estupefaciente también conocido como “cocaína rosa”.
Hay nueve detenidos, uno en Perú a la espera de la extradición, y tres prófugos.
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