Los diferentes obstáculos arquitectónicos para personas con discapacidad

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Veredas rotas o con desniveles, huecos en el asfalto, pérdidas de agua o tapas de desagüe que no están en su lugar. Falta de rampas en los micros y en locales gastronómicos (entre tantos otros); ausencia de botos en los semáforos para poder cruzar en las esquinas. ¿Y la información en braille o sonora? Escasa. Lo cierto es que en la Ciudad, las diferentes barreras arquitectónicas limitan el libre tránsito de personas discapacitadas, tanto en el espacio público como dentro de edificios.

Según Milagros Quevedo, la coordinadora de la Comisión de Accesibilidad y Movilidad del Colegio de Arquitectos local, “el concepto ‘cadena de discapacidad’, conocido como todo el recorrido que realiza una persona con discapacidad desde que sale de su casa hasta llegar a destino a través del cual se van atravesando múltiples barreras”, se rompe constantemente.

“Si una persona en silla de ruedas sale de su casa y ya la vereda no es accesible, ahí mismo comienza el quiebre” y describió: “En el casco urbano muchas veredas están rotas o en mal estado, lo que ya constituye una barrera”, describió en una charla reciente con este diario. En sintonía, enumeró: “A esto se suma otros obstáculos, como la ocupación indiscriminada de veredas por parte de bares y comercios, que colocan mesas y sillas sin control ni criterio, generando un zigzag muy difícil de sortear para personas en silla de ruedas, personas ciegas, adultos mayores, quienes usan cochecitos, andadores o muletas”. Es imperioso recordar que en la Ciudad, son 16.890 los platenses que poseen el Certificado Único de Discapacidad.

 

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