Los riesgos viales que corren los escolares de Romero y otros barrios

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El reclamo de vecinos de la zona Oeste de La Plata por las condiciones de gran peligro que deben enfrentar alumnos de distintas escuelas, al tener que caminar largas distancias por calles que carecen de veredas transitables y de banquinas, esquivando pozos y debiendo sortear automóviles y camiones de gran porte que pasan a centímetros de ellos, no hace sino marcar una característica que es muy común a distintas zonas del distrito.

En este caso se habla de familias y alumnos de Melchor Romero que reclamaron soluciones urgentes ante los riesgos que corren al caminar en la zona comprendía por la desde el cruce de la calle 520 y 161 hasta 501 y 155, un área que los expone a numerosos peligros, en una situación que se extiende hasta el frigorífico de Gorina.

Un video que circula entre la comunidad educativa de la zona oeste de La Plata muestra la cruda realidad que deben enfrentar cientos de alumnos de Melchor Romero: caminar a la vera de un camino en pésimo estado.

Por calles estrechas y polvorientas esos alumnos y sus familiares se dirigen todos los días, entre otras a la Escuela Primaria Nº 75, la Secundaria Nº 84, la Escuela Especial Nº 516 y el Jardín de Infantes Nº 987, además de acudir a dos centros de salud.

La falta de banquinas y de veredas transitables también se convierte en un enorme riesgo potencial en calles de la periferia como la 467 (ex 11) en el largo tramo que une al Camino General Belgrano con Los Porteños, Las Banderitas, Colonia Urquiza y la ruta 36. Numerosos escolares y vecinos –así como también los ciclistas- deben caminar por la calzada, en situaciones que se vuelven extremadamente peligrosas cuando decae la luz diurna.

Cuando se alude a que la periferia de La Plata no siguió los rumbos urbanísticos fijados por los fundadores, se alude también a estas situaciones cotidianas en donde la vida de muchas personas se encuentra en juego por falta de debidas previsiones al irse permitiendo los nuevos asentamientos poblacionales.

No solo en las localidades de la periferia de La Plata faltan plazas y espacios verdes –en una situación que históricamente viene de muchas décadas atrás-, sino que tampoco se previó la extensión de calles suficientemente anchas para evitar los graves problemas por los que, con toda razón, reclaman los distintos vecindarios.

Debieran ser las administraciones municipales y provinciales –estas últimas por ser nuestra ciudad la capital bonaerense, las que tracen e impulsen reformas urbanísticas graduales, que vayan compensando las omisiones que se cometieron, previéndose y aplicándose reformas urbanísticas que las corrijan.

Se trata de darle a la población platense una mayor calidad de vida colectiva, diagramando en cada lugar –sea en la periferia o en el casco urbano- lugares más habitables y menos peligrosos.

 

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