¿Qué es el “inflamm-ing”?: cuando el cuerpo envejece desde adentro
Edición Impresa | 26 de Octubre de 2025 | 02:51
No es una enfermedad, pero actúa como si lo fuera. El “inflamm-aging” —o “inflam-envejecimiento”— es un proceso silencioso de inflamación crónica, estéril y de bajo grado que avanza con la edad y que, según la ciencia, podría ser una de las causas más importantes del envejecimiento biológico.
No se debe a infecciones ni virus, sino a un desequilibrio del sistema inmunitario que se mantiene en un estado de alerta constante, incluso cuando no hay peligro real.
“El inflammaging existe y se caracteriza por un nivel no muy alto, pero persistente, de inflamación crónica, que debilita nuestro sistema inmune y lo vuelve ineficaz”, explicó el cardiólogo argentino Oscar Cingolani, investigador de la Universidad Johns Hopkins, desde Baltimore. Ese proceso, agregó, “está detrás de muchas enfermedades crónicas que aparecen con la edad: diabetes, enfermedades cardiovasculares, demencia, artrosis y ciertos tipos de cáncer”.
El término fue acuñado por científicos italianos a fines de los 90 y combina las palabras inglesas “inflammation” (inflamación) y “aging” (envejecimiento). Con el tiempo, se convirtió en uno de los conceptos más revolucionarios de la medicina preventiva moderna: envejecer no solo depende de los genes, sino también del grado de inflamación interna que acumulamos a lo largo de la vida.
LO QUE COMEMOS, RESPIRAMOS Y SENTIMOS
El envejecimiento inflamatorio no se manifiesta de golpe. A menudo comienza con signos sutiles: piel apagada, arrugas tempranas, cansancio persistente, digestiones lentas o un sistema inmunitario débil. Detrás puede haber una dieta inflamatoria, rica en azúcares, harinas refinadas y alimentos ultraprocesados, combinada con estrés crónico, contaminación ambiental y falta de descanso.
Cuando el cuerpo vive en un estado inflamatorio constante, las células envejecen antes, se alteran las defensas y aparecen patologías metabólicas. Por eso los expertos insisten en que una dieta antiinflamatoria —rica en vegetales de hoja verde, pescado azul, frutos secos, cúrcuma, jengibre y aceite de oliva— puede ser una verdadera estrategia antiedad.
En cambio, los alimentos proinflamatorios —bebidas azucaradas, carnes rojas en exceso, grasas trans o productos procesados— aceleran el deterioro celular. Sustituir cereales refinados por integrales, evitar refrescos y priorizar comidas caseras puede ayudar a “resetear” el organismo tras períodos de desajuste, como las vacaciones o el estrés laboral.
UNA CUESTIÓN DE CONTEXTO
Un estudio reciente de la Universidad de Columbia reveló que el “inflammaging” no es un escenario universal. El fenómeno se observó con fuerza en sociedades industrializadas, pero fue casi inexistente entre comunidades indígenas de la Amazonía boliviana y Malasia, donde, pese a tener infecciones parasitarias frecuentes, las enfermedades crónicas como la diabetes o las cardiopatías eran raras.
El investigador líder del estudio concluyó que “la inflamación, y quizás el envejecimiento mismo, dependen en gran medida del entorno”. La vida sedentaria, las dietas hipercalóricas y la contaminación urbana parecen alimentar esa inflamación constante que envejece los órganos y debilita las defensas.
ENVEJECER SIN INFLAMARSE
La clave, según los expertos, no es eliminar la inflamación —un proceso natural y necesario—, sino evitar que se vuelva crónica. Comer bien, moverse, descansar, controlar el estrés y mantener vínculos sociales fuertes son, en este contexto, actos de medicina preventiva.
Como resume Cingolani, “detectar a tiempo y controlar el ‘inflammaging’ podría ser clave para una vida más larga y saludable”. En otras palabras: vivir más no alcanza; lo importante es llegar joven por dentro.
1 ALIMENTACIÓN: priorizar frutas, verduras, grasas saludables y alimentos frescos. Evitar ultraprocesados y azúcares.
2 MOVIMIENTO DIARIO: La actividad física modera la respuesta inflamatoria y mejora la función inmunitaria.
3 SUEÑO REPARADOR: ayuda a regular las citoquinas y el equilibrio hormonal. Dormir entre 7 y 8 horas, mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de acostarse.
4 ESTRÉS BAJO CONTROL: el estrés crónico eleva el cortisol, que agrava la inflamación sistémica. Practicar meditación, respiración consciente o actividades placenteras.
5 ENTORNO SALUDABLE: el ambiente influye tanto como la genética en el envejecimiento celular. Espacios verdes, aire limpio, vínculos sociales activos y exposición moderada al sol.
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