“Salarios dinámicos” y convenios por empresa: qué son y cómo se aplican
Edición Impresa | 26 de Octubre de 2025 | 03:22
El Gobierno de Javier Milei avanza en su propuesta de reforma laboral con la introducción del concepto de “salarios dinámicos”, un esquema que busca alterar la estructura tradicional de los convenios colectivos y los mecanismos de actualización salarial. La medida, explicada por el secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Julio Cordero, pretende asociar los ingresos de los trabajadores al rendimiento y a la situación económica de cada empresa.
En la práctica, el nuevo modelo invierte el principio histórico del derecho laboral argentino. Hoy los salarios de convenio funcionan como pisos mínimos que aseguran un ingreso básico para todos los trabajadores bajo un determinado gremio. Con la reforma, el Gobierno busca que esos valores pasen a ser techos de referencia, habilitando que cada empresa pacte montos diferentes según su realidad económica, pero sin superar los montos establecidos en los convenios sectoriales.
“El salario dinámico implica que la remuneración se mueva de acuerdo con la productividad de cada trabajador y con las posibilidades de cada firma”, explicó Cordero ante empresarios y dirigentes sindicales. En su exposición en el Congreso, el funcionario remarcó que el objetivo es “mantener el equilibrio fiscal y lograr eficiencia en la inserción laboral”, adaptando las relaciones de trabajo a un entorno de menor inflación y mayor competencia.
El cambio propuesto representa una alteración profunda del esquema de negociación colectiva. Según el planteo oficial, las paritarias dejarían de ser centralizadas por actividad y pasarían a celebrarse por empresa. Cada firma, con la intervención de sus representantes sindicales, podría definir incrementos, bonificaciones o ajustes propios. De esta forma, los aumentos ya no dependerían de un acuerdo general del gremio, sino de la productividad o la situación financiera de cada empleador.
El proyecto limita la vigencia temporal de las cláusulas económicas de los convenios colectivos
Cordero sostuvo que este modelo permitirá “diferenciar mejor a los trabajadores que se destacan y generan valor”. En sus palabras, “si todos ganan lo mismo, se termina apuntando hacia abajo”. Con el salario dinámico, el Gobierno busca establecer un sistema meritocrático que premie el rendimiento individual.
El ministro de Economía, Luis Caputo, respaldó la iniciativa. Calificó el régimen laboral actual como “arcaico” y aseguró que la prioridad es “lograr un marco más ágil, que termine con la industria del juicio”. Según el funcionario, la rigidez normativa y la falta de incentivos ligados a la productividad explican buena parte de las trabas para la contratación formal.
En paralelo, la Secretaría de Trabajo propone eliminar las cláusulas automáticas de ajuste por inflación que predominan en muchos convenios, reemplazándolas por mecanismos de revisión sujetos al desempeño económico de cada sector. El Gobierno sostiene que esto permitirá evitar indexaciones “ajenas a la productividad” y dotar de flexibilidad a las negociaciones.
El proyecto contempla, además, limitar la vigencia temporal de las cláusulas económicas de los convenios colectivos, para que deban renegociarse periódicamente según la evolución del contexto macroeconómico. El propósito es que los acuerdos reflejen la situación real de cada actividad, evitando desfasajes entre los salarios pactados y las condiciones efectivas de producción.
Las cámaras empresarias manifestaron apoyo a la propuesta. Argumentan que los convenios únicos por sector se tornaron inviables en un escenario de recesión y disparidad productiva. “No todos los actores pueden afrontar los mismos compromisos”, señalaron desde el sector industrial. Los empresarios destacan que la descentralización podría favorecer la creación de empleo al permitir esquemas más adaptados a la capacidad de cada compañía.
Del otro lado, los gremios expresaron su preocupación. Dirigentes sindicales advirtieron que convertir los pisos salariales en techos representa una pérdida de derechos y podría generar un aumento de la desigualdad entre regiones o ramas. “El convenio colectivo es una red de protección. Si se debilita, los trabajadores quedan más expuestos”, advirtió un referente de la CGT.
El debate se da en un momento de alta dispersión salarial, donde la brecha entre sectores formales e informales se amplió por la desaceleración de la inflación y la caída del poder adquisitivo. Para los sindicatos, el riesgo es que la flexibilización redunde en una carrera hacia abajo de los ingresos reales.
A nivel internacional, la idea de los “salarios dinámicos” se asocia a los sistemas de remuneración por rendimiento aplicados en economías como Estados Unidos o el Reino Unido. Allí, las empresas vinculan los ingresos a la productividad individual o al cumplimiento de metas. Los defensores de este enfoque sostienen que incentiva la eficiencia y retiene talento, aunque los críticos advierten que puede acentuar la desigualdad y precarizar los ingresos.
En Argentina, la propuesta se inscribe en una agenda más amplia de reformas económicas y laborales. El Gobierno busca que el nuevo esquema de convenios por empresa y salarios dinámicos funcione como un instrumento de competitividad, orientado a reducir costos y fomentar el empleo formal.
La iniciativa, aún en discusión, divide aguas entre quienes la ven como un paso necesario para modernizar el mercado laboral y quienes la interpretan como un retroceso en materia de derechos colectivos. En el centro del debate, el concepto de salario dinámico aparece como una apuesta para redefinir la relación entre productividad, remuneración y negociación sindical en un país con tradición de paritarias centralizadas y convenios sectoriales.
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