El dilema del sufragio para los ciegos platenses

A pesar del aval de la Junta Electoral, la falta de planillas “en braille” complicó a personas de baja o nula visión al momento de elegir

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El nuevo sistema de Boleta Única de Papel (BUP), no solo representó algo novedoso para la participación ciudadana, sino que, en paralelo, profundizó una brecha existente para los votantes ciegos de la Ciudad, quienes, a pesar de tener el aval de la Junta Electoral Bonaerense, no contaron con la herramienta para emitir su elección de manera autónoma. Frente a este panorama, los sufragistas debieron elegir entre no votar o votar con “ayuda”, lo que perjudicó su normal asistencia en las urnas.

“Quedé afuera de la elección porque nadie contempló a los ciegos con este nuevo sistema. Para mi hay que volver al viejo modelo porque yo ya venia desde mi casa con la boleta y lo podía chequear con quien quiera y tenga confianza. Antes estaba muy seguro con mi voto y sabía lo que estaba poniendo en la urna, incluso si la tenía que cortar. Pero ahora eso no se puede hacer y al no tener una alternativa en braille, no se puede leer”, afirmó César “Tato” Díaz, vecino ciego de 65 años, quien al llegar al Colegio Nacional se encontró con la frustrante realidad.

Días previos a las elecciones, las autoridades de la provincia de Buenos Aires habían oficializado el uso de una plantilla táctil que permitiría a las personas ciegas sufragar con total autonomía. La medida, plasmada en el Acta N°18, respondía a una propuesta de la Asociación Civil Tiflonexos, entidad que lucha por la accesibilidad. Así, la Junta Electoral basó su decisión en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la cual obliga al Estado a realizar “ajustes razonables” que garanticen la participación plena y efectiva, advirtiendo que el nuevo formato de BUP carecía de referencias táctiles.

En este contexto, la herramienta habilitada, consistía en una plantilla perforada de cartón con inscripciones en braille, que, al superponerse a la boleta, permitía identificar las casillas de las agrupaciones políticas. Además, contaba con un código QR que dirigía a una audioguía para conocer el orden y los nombres de los candidatos, asegurando la confidencialidad.

“La planilla de Tiflonexos estuvo dando vueltas, pero no llegó a todos lados”, aseguró otro votante ciego que salía de Veterinaria. “Tengo constancia de que llegó a algunos lugares pero acá no. Eso significó que tenga que votar con asistencia”, remarcó.

Las votaciones con asistencia, no significan que el voto sea nulo, sino que vulnera la característica a sufragio secreto. “Se puede, no es ilegal pero si vos tenes el derecho de decir que querés hacerlo secreto, no se puede”, consideró César Díaz.

Según lo resuelto por la Junta, para esta primera experiencia se debían distribuir unas 600 plantillas, asegurando la presencia de una en cada local de votación de la Sección Electoral 8, que incluye La Plata, Berisso, Punta Indio, Lobos, Cañuelas y Brandsen.

Sin embargo, en los hechos, la faltante de este recurso en la mayoría de las escuelas platenses dificultó la normal participación de los votantes.

“Es normal que no haya boletas para nosotros porque es una iniciativa muy reciente. De todos modos hay gente que sí pudo votar con la planilla y esta buenísimo que se pueda. Ningún cambio es rápido y no iba a llegar a todas las escuelas “, cerró el votante de Veterinaria.

 

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