Matías Ozorio se negó a declarar ante el fiscal y fue trasladado a la cárcel
Edición Impresa | 4 de Octubre de 2025 | 02:26

Matías Ozorio, señalado como la mano derecha de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias Pequeño J, y acusado de ser coautor del triple crimen narco, arribó ayer al país tras ser expulsado de Perú y escoltado en un operativo de máxima seguridad. Apenas arribó, fue trasladado a la sede judicial correspondiente, aunque decidió no declarar ante el fiscal Adrián Arribas, a cargo de la investigación.
El vuelo en el que viajó, un avión de la Fuerza Aérea Argentina, partió de Lima cerca del mediodía, con escalas en Salta para cargar combustible, y llegó a El Palomar casi a medianoche. Durante todo el trayecto, Ozorio viajó custodiado por agentes de Interpol, la Policía Federal, la Bonaerense y dos efectivos del Grupo GEOF que lo flanquearon hasta el momento de descender de la aeronave.
En la pista, uno de los policías le informó que quedaba a disposición del Estado argentino y del Juzgado de Garantías N°4 de La Matanza, que interviene en la causa. El acusado apenas asintió con la cabeza, en silencio, sin mostrar resistencia. Fuentes judiciales detallaron que se lo notaba tranquilo, resignado a lo que venía: su alojamiento en una celda. Tras el arribo, fue entregado a la DDI La Matanza, que trabaja en coordinación con la fiscalía de Homicidios.
Los investigadores no tienen dudas de que estuvo dentro de la casa de Varela donde fueron asesinadas Morena, Lara y Brenda. Sospechan que llegó al lugar en el VW Fox de Víctor Sotacuro, detenido en Bolivia, acompañado por su sobrina Florencia Ibáñez. Según la hipótesis de la fiscalía, Ozorio habría tenido un rol clave: garantizar que el plan se cumpliera según lo ordenado por Pequeño J.
Ozorio eligió callar. Su futuro inmediato seguirá atado a lo que determine la fiscalía de La Matanza, que busca cerrar el círculo en torno a la banda acusada de uno de los crímenes más sangrientos.
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