Un condenado a perpetua pelea por su inocencia
Edición Impresa | 8 de Octubre de 2025 | 02:41

Por la muerte de un detenido en un calabozo de una comisaría de Berisso, ocurrida el 21 de octubre de 2011, ocho años después la Justicia Criminal de la ciudad de La Plata expidió un fallo condenatorio a la pena máxima de prisión perpetua para cuatro policías, entre ellos José Antonio Cácere, quien insiste con su inocencia y llevó sus quejas a la Corte de la Nación.
Con un recurso de estilo presentado por el abogado Fabián Améndola, se planteó que lo decidido le ocasiona al imputado un gravamen personal, concreto, actual y no derivado de su propia actuación. Por eso requirió su absolución ante lo que se considera una sentencia injusta e infundada.
Es que la autopsia, según la apelación, se produjo por un edema agudo de pulmón, secundario de una insuficiencia cardíaca aguda, sin que se constaten golpes, pese a que la requisitoria fiscal apuntó a la aplicación de tormentos.
Es decir, no existiría nexo causal entre el deceso y la conducta reprochada a Cácere.
Pese a todo se habría fundado la sanción en una serie de fotos, que se tomaron al confeccionar el legajo del detenido.
Por eso Améndola consideró que, no estando probado el dolo homicida, bajo ningún punto de vista puede sostenerse la perpetua. Y denunció distintas violaciones procesales con las que espera se revoque la resolución.
Agustín, hijo del expolicía, destaca una incongruencia: “Los tres compañeros de mi papá, imputados en la misma causa, ya están libres. Él es el único preso. ¿Por qué?”, se preguntó.
La familia sostiene que la condena se basó en presiones de organismos de derechos humanos, sin pruebas sólidas que contradigan la autopsia oficial.
“Llevo años viendo a mi papá solo, lejos de su familia, pagando por algo que no hizo. Pedimos justicia”, concluyó.
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