Entre la concentración y la desigualdad: las brechas previsionales en el Gran La Plata
Edición Impresa | 16 de Noviembre de 2025 | 03:35
Los datos del Boletín Estadístico del IPS de septiembre de 2025 permiten trazar un mapa fino de cómo se distribuyen las jubilaciones, pensiones y pensiones sociales en la Provincia de Buenos Aires. Dentro de ese escenario, la región integrada por La Plata, Berisso, Ensenada, Magdalena, Brandsen y Punta Indio aparece como un recorte particularmente elocuente: en pocos kilómetros conviven un gran centro administrativo y educativo, municipios industriales y localidades más pequeñas con un peso notable de las prestaciones no contributivas.
La Plata: el motor previsional de la Provincia
Con 48.807 beneficios, La Plata es el distrito con mayor cantidad de prestaciones liquidadas por el Instituto de Previsión Social en todo el territorio bonaerense. Esto equivale a aproximadamente el 12,6% del total provincial, que asciende a 385.701 beneficios. Ningún otro municipio se le acerca: General Pueyrredón, por ejemplo, registra 18.872 beneficios, y La Matanza, 14.335.
En la capital provincial, la composición de las prestaciones muestra la fortaleza del empleo formal y estatal: 34.000 jubilaciones; 11.105 pensiones; 3.702 pensiones sociales.
La alta concentración de trabajadores estatales —administración provincial, sistema educativo, salud, justicia— y la presencia de un subsistema docente muy numeroso explican buena parte de este peso específico. El perfil previsional aparece dominado por jubilaciones contributivas, con una proporción de pensiones sociales que, si bien es relevante en términos absolutos, resulta moderada si se la compara con distritos más pequeños.
Berisso y Ensenada: más pensiones sociales
Por su parte, los municipios de Berisso y Ensenada presentan estructuras previsionales diferentes, marcadas por la combinación de empleo industrial, trabajo estatal y mayores niveles relativos de vulnerabilidad.
En Berisso se registran 5.057 beneficios, de los cuales: 3.048 son jubilaciones; 1.311 son pensiones y 698 corresponden a pensiones sociales.
Las pensiones sociales rondan el 14% del total de beneficios, una proporción superior al promedio provincial de beneficios no contributivos (12,23%). Esta estructura sugiere un entramado social donde:
- Hay una clase trabajadora envejecida, ligada a actividades industriales, portuarias y municipales.
- Se observa un número importante de pensiones derivadas (familiares de titulares fallecidos).
- Las pensiones sociales funcionan como red de contención para sectores con trayectorias laborales más inestables o con ingresos más bajos.
En Ensenada, en tanto, el IPS liquida 3.549 beneficios, desagregados en: 2.223 jubilaciones; 941 pensiones y 385 pensiones sociales.
Las pensiones sociales representan alrededor del 10,8% del total, una proporción también por encima de la media de muchos municipios, y que habla de hogares que acceden al sistema por vías no contributivas (invalidez, vejez, situaciones sociales complejas). El peso de las pensiones derivadas muestra, además, la continuidad de una tradición industrial y estatal que, con el paso de las décadas, se traduce en beneficios para viudos, viudas e hijos de titulares del sistema.
En ambos casos, Berisso y Ensenada aparecen como territorios de transición entre el modelo previsional más robusto y masivo de La Plata y las realidades más frágiles de los distritos pequeños.
Magdalena: un perfil de transición
El municipio de Magdalena aporta otra pieza clave para entender la diversidad de la Región. Allí se registran 1.206 beneficios, desagregados de la siguiente manera: 803 jubilaciones; 276 pensiones y 127 pensiones sociales.
Las pensiones sociales representan en torno al 10,5% del total, una proporción similar a la de Ensenada, aunque sobre un universo mucho más chico. Esto ubica a Magdalena en un perfil de “transición”:
- Tiene un componente importante de jubilaciones contributivas, asociado a trayectorias laborales más estables.
- Registra una presencia significativa de pensiones derivadas (casi una de cada cuatro prestaciones).
- Exhibe una proporción de pensiones sociales que, sin llegar a los niveles de Brandsen o Punta Indio, se ubica por encima del promedio general.
Magdalena se parece más a un municipio semi-rural o de baja densidad urbana que a los grandes centros del Conurbano, pero con una estructura previsional algo más equilibrada que la de los distritos donde las pensiones sociales casi igualan a las jubilaciones.
Brandsen: un distrito intermedio
En Brandsen, el Boletín del IPS consigna 1.088 beneficios: 714 jubilaciones; 207 pensiones; 167 pensiones sociales.
En este caso, las pensiones sociales representan aproximadamente el 15,3% del total, por encima de Berisso y claramente más alto que en Magdalena y Ensenada. Ese dato aporta varias pistas:
En La Plata, el IPS paga 34.000 jubilaciones; 11.105 pensiones y 3.702 pensiones sociales
- El municipio combina características urbanas y rurales, con parte de la población insertada en empleos más formales y otra parte con recorridos laborales fragmentados o precarios.
- La dependencia relativa de las prestaciones no contributivas es mayor, lo que puede asociarse a menores niveles de formalización del empleo y a una base económica menos diversificada.
Brandsen se ubica así en una franja intermedia: lejos de la concentración masiva de beneficios de La Plata, pero con un peso de las pensiones sociales que lo acerca a los patrones de los distritos más vulnerables.
Punta Indio: el caso más extremo
Dentro del conjunto analizado, Punta Indio es el distrito que presenta la estructura previsional más extrema en términos de dependencia de las pensiones sociales.
Allí se registran 514 beneficios, discriminados en: 279 jubilaciones; 112 pensiones y 123 pensiones sociales.
En Ensenada, el IPS liquida 2.223 jubilaciones; 941 pensiones y 385 pensiones sociales
Eso implica que casi el 24% de las prestaciones corresponden a pensiones sociales, es decir, casi una de cada cuatro. Este porcentaje duplica el promedio provincial de beneficios no contributivos y deja en evidencia una mayor vulnerabilidad:
- Menor presencia de trayectorias laborales formales con aportes continuos.
- Mayor necesidad de cobertura derivada de situaciones de invalidez, vejez, desamparo o condiciones sociales críticas.
- Un volumen relativamente bajo de jubilaciones contributivas frente a la cantidad de pensiones y prestaciones sociales.
Punta Indio sintetiza el escenario más frágil de la región: poca densidad de jubilaciones y una altísima proporción de beneficios atados a la protección social básica.
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