Otra vez una intensa tormenta causó trastornos en la Región

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Una vez más otra intensa tormenta de lluvia y viento volvió a azotar a nuestra región, en un fenómeno que se desató el jueves por noche y se extendió hasta entrada la mañana del viernes. Y de nuevo causó las habituales complicaciones, tales como daños al patrimonio forestal con árboles caídos, anegamientos parciales en algunas calles y otros trastornos, entre estos, un corte de luz en zonas de Tolosa, Ringuelet y City Bell.

Tal como ocurre con estas emergencias, se sucedieron los reclamos vecinales por las consecuencias del temporal.

El fuerte viento y las lluvias se tradujeron en destrozos que obligaron a la movilización de equipos municipales. Uno de los incidentes ocurrió en la calle 33 entre 119 y 120, en el Barrio Hipódromo, donde un árbol de gran porte se desplomó sobre un vehículo estacionado, dejándolo con daños en distintas partes.

Meteorólogos explicaron que el intenso temporal y la marcada inestabilidad climática que atraviesa la Región se enmarcan en un patrón que ha caracterizado al mes de noviembre, que ha sido de alta ciclotimia en materia de temperaturas.

Especialistas detallaron que este fenómeno es producto de un movimiento atmosférico esperable en la primavera, una estación donde típicamente se da el encuentro de masas de aire frío con el cálido.

Las que tampoco resultaron sorpresivas fueron las consecuencias de este nuevo temporal, como las fallas en los servicios públicos o los trastornos por el agua en ciertas calles. Se ha dicho ya en anteriores ocasiones que la Región sigue con sus defensas bajas frente a este tipo de emergencias climáticas.

Existen estudios demostrativos de que nuestra región, comprendida por la llanura pampeana, la Mesopotamia y el sur de Brasil, ocupa el segundo lugar en el mundo por la cantidad de tormentas que sufre por año, luego del medio oeste de los Estados Unidos.

Está claro, entonces, que resulta esencial la necesidad de contar en la Región con infraestructuras urbanísticas más eficientes y sustentadas en principios que prevean la existencia de redes de servicios, evitándose sin excepción la instalación de nuevos asentamientos o grupos de viviendas que no dispongan de la totalidad de las redes de servicio.

Pero también resulta esencial que la Región no sólo cuente con una defensa civil perfectamente organizada, capaz de enfrentar y resolver con rapidez muchas de las consecuencias de estas situaciones climáticas, sino que, además, la población disponga de suficientes conocimientos para saber cómo actuar frente a ellas, de modo tal que pueda, al menos, mitigar sus consecuencias.

 

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