El ejercicio más completo para el cuerpo: nadar o moverse en el agua garantiza resultados

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En tiempos en que proliferan rutinas de gimnasio, desafíos aeróbicos y entrenamientos de alta intensidad, hay una forma de ejercicio que permanece firme, casi invencible, en todos los rankings de salud: el trabajo en el agua. Tanto la natación como la gimnasia acuática se sostienen como prácticas integrales, recomendadas por médicos, fisioterapeutas y entrenadores por igual. Su secreto no es uno solo, sino una combinación única de beneficios fisiológicos, musculares y emocionales que difícilmente se encuentran reunidos en otro deporte.

Desde la primera zambullida, algo se modifica: la flotabilidad reduce el peso real del cuerpo y convierte cada movimiento en un esfuerzo seguro. Para quienes llegan con antecedentes de lesiones, dolores articulares o exceso de peso, esa sensación es casi liberadora. El agua permite lo que en tierra resulta imposible: moverse con menor impacto pero con mayor resistencia. El medio acuático obliga a realizar más fuerza con cada desplazamiento, pero cuidando siempre rodillas, caderas y columna. Esa ecuación explica por qué la natación es un clásico para deportistas de alto rendimiento, personas en rehabilitación y adultos mayores.

Lo particular de la natación es su capacidad de activar grupos musculares de forma simultánea. Brazos, piernas, espalda, hombros, abdomen: todo trabaja coordinado. Cada estilo -crol, espalda, pecho, mariposa- tiene su propio sello técnico, pero todos comparten la misma esencia: el cuerpo entero en movimiento continuo, sostenido por una respiración que obliga a entrenar los pulmones. El sistema cardiovascular se ve exigido, el corazón bombea con más potencia y la capacidad respiratoria mejora gracias a la presión que ejerce el agua sobre el tórax. Muchos profesionales de la salud lo describen como un “gimnasio entero, pero en un solo deporte”.

La flexibilidad es otro de los pilares. Lejos de la rigidez que pueden generar los entrenamientos basados únicamente en fuerza, nadar estira, alarga, descomprime. Las articulaciones se mueven en rangos amplios sin dolor, algo vital para la postura. De hecho, los kinesiólogos recurren al agua para trabajar con personas que sufren contracturas crónicas o escoliosis, porque el cuerpo, al sostenerse, se alinea con mayor naturalidad. Para quienes pasan horas frente a la computadora, es casi una corrección postural en movimiento.

Un ejercicio “democrático”

La gimnasia acuática, por su parte, democratiza el ejercicio. No requiere saber nadar ni cubrir largas distancias: adapta movimientos del aeróbic clásico y los lleva al agua, donde la resistencia actúa como una banda elástica natural. Así, correr en el lugar, saltar, elevar rodillas o sostener mancuernas livianas se vuelve más seguro y efectivo. Es una de las actividades más elegidas por personas con obesidad, embarazadas, adultos mayores y quienes transitan procesos de rehabilitación. La flotabilidad disminuye el impacto, pero la densidad del agua garantiza un trabajo real sobre músculos y sistema cardiorrespiratorio. En muchos casos, es el primer paso para volver a confiar en el cuerpo.

Pero lo físico es solo parte de la historia. El agua tiene un efecto emocional casi inmediato: relaja, regula la respiración, estabiliza el pulso. Quienes nadan describen un estado mental parecido a la meditación. Los pensamientos se ordenan al ritmo de las brazadas, la tensión baja, el sueño mejora. Es un deporte capaz de entrenar y descomprimir al mismo tiempo, un atributo difícil de encontrar fuera del medio acuático.

Por todo esto, la natación y la gimnasia en el agua no pasan de moda ni dependen de tendencias. Forman parte de ese pequeño grupo de actividades que la ciencia respalda con evidencia sólida: mejora cardiovascular, fortalecimiento muscular integral, más flexibilidad, menos dolor articular, mejor respiración, reducción del estrés, más bienestar general. Un combo que, lejos de exageraciones, convierte al agua en el escenario perfecto para que cualquier cuerpo -sin importar edad, peso o condición física- pueda moverse, fortalecerse y volver a sentirse liviano.

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