La cumbre del clima cerró sin un acuerdo sustancial
Edición Impresa | 24 de Noviembre de 2025 | 02:15
Tras dos semanas de debates, negociaciones maratónicas y una sede marcada por protestas indígenas e incluso un incendio, la Cumbre del Clima (COP30) organizada en Brasil terminó con un acuerdo que dejó gusto a poco.
La plenaria estalló en aplausos cuando el presidente del encuentro, el diplomático brasileño André Correa do Lago, anunció la aprobación del documento final. Pero el entusiasmo no alcanzó para tapar la falta central: no hubo una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles, el principal motor del calentamiento global.
El texto de ocho páginas, apoyado por casi 200 países, sólo recomienda avanzar de manera voluntaria hacia una acción climática más ambiciosa. La ausencia de Estados Unidos —decidida por Donald Trump— marcó el clima político de una cumbre que, desde el inicio, parecía encaminada a un compromiso limitado.
La Unión Europea y más de 30 países querían que Belém fuera el punto de inflexión para dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón. Amenazaron incluso con rechazar cualquier acuerdo que no fijara ese rumbo. Pero la pulseada con grandes productores como Rusia, Arabia Saudita e India se impuso.
“Hubiéramos preferido tener más ambición”, admitió el comisario europeo Wopke Hoekstra, aunque defendió apoyar el texto “porque al menos va en la dirección correcta”.
Hasta Francia, que había acusado a esos países de anteponer su economía al planeta, terminó firmando. “No hay nada extraordinariamente malo en él”, justificó su ministra Monique Barbut.
En paralelo, la cumbre volvió a exponer una fractura conocida: quién paga la transición. Varios países en desarrollo reclamaron fondos para adaptarse a sequías, inundaciones y otros impactos que ya sienten con fuerza.
El acuerdo final establece que las naciones desarrolladas deberán “al menos triplicar” la financiación para adaptación antes de 2035, reviviendo el objetivo incumplido de la COP29 de movilizar U$S 300 millones anuales.
China también logró que se incluyera un compromiso para abrir diálogo sobre cuestiones comerciales vinculadas al clima. “Logramos este éxito en una situación muy difícil”, celebró Li Gao, jefe de la delegación china.
Para Brasil, anfitrión y gran impulsor político del evento, el cierre fue un alivio. Lula da Silva había prometido que ésta sería “la COP de la verdad”. Lo fue, pero sobre todo en un sentido: la verdad de lo posible. Un acuerdo mínimo en un mundo profundamente dividido.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE