Cómo evitar caer en las garras de los estafadores

Avanza la tecnología y los fraudes se vuelven más sofisticados. Que tener en cuenta para no ser víctima y cómo denunciarlos

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“A mis abuelos le hicieron el ‘cuento del tío’ denunciamos y nos dijeron que mucho no podían hacer”, relató este diario Andrea (29) y en su voz más que bronca se oía un tono de resignación. “Nos esperábamos esta respuesta, no por desconfiados sino por como se habían dado las cosas: no los golpearon, no los forzaron sino que los ‘engatusaron’ por teléfono y ellos mismos le dieron en mano los ahorros de toda su vida a un tipo que se hizo pasar por amigo de mi tío”, completó la mujer que al momento de brindar su testimonio aún no habían obtenido ningún tipo de avance en la investigación de los estafadores de sus abuelos.

“Usaron el mecanismo que todos conocemos y que tantas veces les explicamos para que tuvieran cuidado, pero bueno tienen más de 90, no escuchan bien y ellos creyeron que era su hijo el que les hablaba. Los tuvieron un rato largo al teléfono y el argumento que usaron fue que el presidente iba a devaluar y que necesitaban hacer algo con la plata que tenían guardada entonces les iba a mandar a un amigo en moto para que retirara el efectivo”, relató Andrea y completó: “Ellos seguros de que era su hijo el que hablaba hicieron caso a todo, además los mantuvieron en línea todo el tiempo con distintas excusas para que no cortaran y no tuvieran tiempo de llamar a nadie o chequear que esto fuera así”.

Así este matrimonio que vive el día a día con el dinero de su jubilación perdió los ahorros de toda una vida. 40 mil dólares, una suma que nadie sabía que tenían, ni siquiera sus propios hijos o nietos.

Más allá de la bronca o resignación, para poder hacer algo es primordial radicar la denuncia de inmediato, algo que muchas veces no ocurre. Es que el lado b de estos fraudes es la vergüenza y el malestar emocional, muchos temen contarle a sus familiares que cayeron en “el cuento del tío” porque se sienten abochornados por haber sido engañados con tal facilidad. De ahí la demora en acudir con las autoridades, lo que no hace más que entorpecer la investigación.

PROBLEMAS DE CIBERSEGURIDAD

El cuento del tío, parece haber quedado viejo al lado de los nuevos fraudes y ciberataques. Es que a medida que la vida se digitaliza (compras, pagos, trámites, todo se hace online) los problemas de ciberseguridad crecen y las soluciones parecen estancarse. Es que según un estudio reciente solo el 11% de las personas que sufrió un uso indebido de sus datos personales obtuvo una solución efectiva por parte de las empresas.

En ese sentido, la protección de los datos personales no logra acompañar el ritmo de crecimiento de la digitalización y un informe basado en la percepción de seguridad digital de los usuarios, muestra una brecha creciente entre la expansión tecnológica y la capacidad de respuesta de las compañías frente a incidentes.

En paralelo, aumentó el uso intensivo de servicios digitales. Cada vez más personas realizan compras, trámites gubernamentales, operaciones bancarias y consultas médicas exclusivamente en línea y esta tendencia amplió la superficie de ataque para los ciberdelincuentes. Esto se volvió el caldo de cultivo perfecto para los “ciberdelincuentes” que atentos a esto perfeccionan su modalidad de ataque: se hacen pasar por entidades bancarias, billeteras virtuales, entidades gubernamentales y más.

Ante un incidente, la mayoría de los usuarios afectados enfrenta dificultades. Muchos no saben a quién acudir, se topan con procesos burocráticos o no reciben respuestas efectivas de parte de las empresas. Esta falta de respuesta no solo perjudica a los individuos, sino que también erosiona la confianza social en los entornos digitales y frena el desarrollo tecnológico.

Ante estos casos es fundamental estar atentos y prevenir cualquier tipo de ataque. Aunque suene redundante se debe evitar atender llamadas sospechosas y en el caso de haberlas contestado es recomendable cortar e intentar contactarse con la persona que dice ser ya sea un familiar o un banco. Es decir si del otro lado de la línea decían ser un sobrino llamar a este sobrino por otra vía para ver si efectivamente era él, lo mismo si decían estar llamando de un banco o de una tarjeta, por ejemplo.

Además, nunca se debe compartir datos personales, contraseñas o códigos de verificación por teléfono, WhatsApp o correo electrónico.

En lo que refiere a una navegación segura por internet se debe evitar ingresar a links provenientes de remitentes desconocidos, ni descargar archivos o aplicaciones de fuentes no verificadas.

Por último a la hora de hacer compras online para evitar caer en las manos de los estafadores se recomienda verificar que la dirección web de las páginas en las que se compra comiencen con “https://” y un candado cerrado en la barra de navegación. Además nunca se deben compartir los datos de la tarjeta.

QUÉ HACER SI IGUAL SE CAE

A pesar de las advertencias y las campañas de concientización, al año miles de víctimas caen en este tipo de fraudes. Según datos de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci) en 2024 recibieron más de 34.000 denuncias por ciberataques, número récord que significó un incremento de 21,1% con respecto al año anterior.

Entre las modalidades más reportadas sobresalieron los fraudes realizados a través de WhatsApp, una combinación de accesos ilegítimos y usurpación de identidad para estafar a conocidos de las víctimas.

No importa cuál sea la modalidad de fraude una vez cometido se debe radicar la denuncia de inmediato. Puede hacerse en la comisaría más cercana o también en una fiscalía. Además, desde la Provincia habilitaron un canal de denuncias virtual al que se accede en el sitio www.ciberseguridad.gba.gob.ar.

En cualquiera de los lugares en los que se radique la denuncia se debe brindar una descripción clara y detallada de lo que ocurrió. También de ser posible se debe acudir con capturas de pantalla de los mensajes o links a los que se accedió para evidenciar que fue lo ocurrido.

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