Hipotecarios: cómo responden los bancos y por qué crece la demanda
Edición Impresa | 14 de Diciembre de 2025 | 03:31
Tras las elecciones legislativas, el mercado de créditos hipotecarios UVA busca retomar ritmo. Los bancos ajustaron sus tasas nominales anuales y modificaron el mapa de opciones para quienes buscan financiar su vivienda. Aunque la inflación mantiene una presencia incómoda, las tasas más bajas que en años previos y un escenario económico algo más estable volvieron a generar el interés de miles de familias.
Hoy, las tasas parten del 6% anual en los bancos públicos y alcanzan el 15% en varias entidades privadas. El rango depende del perfil del cliente, del banco elegido y del vínculo que mantenga con la institución. Aun así, el hilo conductor del mercado es claro: los créditos UVA vuelven a capturar atención por el costo inicial relativamente bajo en comparación con el último ciclo de volatilidad.
El contexto habitacional explica buena parte de este movimiento. En la Ciudad, un alquiler de tres ambientes puede rondar los $800.000 mensuales. Muchas familias se preguntan si conviene asumir una cuota hipotecaria o seguir destinando la mayor parte del ingreso a la renta. La brecha entre ambos valores se volvió determinante.
Las entidades estatales lideran en tasas y condiciones. El Banco Nación mantiene una TNA del 6%, financia hasta el 75% del valor de tasación y ofrece plazos de 30 años. La cuota inicial por un crédito equivalente a U$S100.000 se ubica en $809.000, muy por debajo del resto del sistema.
El BBVA se consolida entre las alternativas más competitivas con una tasa del 8% para quienes cobran el sueldo allí. La cuota inicial llega a $1.100.000, financia hasta el 70% y permite un plazo de tres décadas. Su estructura digital y la agilidad de gestión son parte de su atractivo, aunque exige ingresos algo más elevados.
El Banco del Sol completa el podio con una tasa del 9% y financiamiento de hasta el 80% del valor de la propiedad. Pide ingresos mínimos desde $1.000.000 y aplica una comisión por cancelación anticipada del 4% más IVA si el crédito se liquida antes de los 180 días.
Mientras los públicos sostienen las tasas más bajas, la banca privada tradicional opera con costos sensiblemente superiores. Credicoop subió su tasa a 12,5% para clientes con sueldo acreditado y a 13,5% para el resto. Así, la cuota inicial por U$S100.000 supera los $1.600.000. Galicia y Santander sostienen tasas de 15% anual, con cuotas cercanas a $1.900.000. Supervielle, que limita sus plazos a 15 años, escala por encima de $2.000.000.
A pesar de ese contraste, algunas entidades privadas aceleran ajustes para recuperar competitividad. ICBC redujo su tasa a 11% para clientes con haberes y a 12% para el resto. El BBVA, en un movimiento similar, bajó del 10,5% al 7,5% tras las elecciones. La competencia dentro del segmento privado se profundiza, aunque sin modificar de manera estructural la diferencia con los bancos públicos.
Los datos recientes de escrituras en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad confirman la magnitud del fenómeno: más de 35.000 créditos hipotecarios se otorgaron en 2025, una cifra inédita en siete años. El mercado inmobiliario proyecta un 2026 con mayores niveles de actividad si se mantiene la estabilidad macroeconómica.
Germán Gómez Picasso, de Reporte Inmobiliario, evaluó el impacto de las tasas. Sostuvo que el aumento de algunas entidades no frenó la demanda y que la banca pública mantuvo un rol protagónico gracias a condiciones más accesibles.
El economista Andrés Salinas destacó que las bajas recientes responden a la necesidad de los bancos privados de competir por nuevos clientes. Señaló que estas decisiones obedecen a razones comerciales y advirtió que la sostenibilidad de esta tendencia depende del equilibrio macroeconómico. Un eventual repunte inflacionario o un recorte del fondeo podría frenar la expansión.
Desde otra óptica, el consultor Luis Hauserman apuntó a las dificultades que persisten para acceder al crédito. La informalidad laboral y los requisitos bancarios siguen limitando la cantidad de solicitantes que logran calificar. A eso se suman demoras en tasaciones, trámites y certificaciones, que estiran los tiempos de aprobación más allá de los 90 días.
Fernando Álvarez de Celis, al frente de la Fundación Tejido Urbano, observó una actividad superior a la de 2024 y un mercado que sostiene un flujo constante de operaciones. Su relevamiento marca una tasa promedio cercana al 6,4%, con plazos medios de 24 años y un ticket promedio de U$S92.015 en CABA.
El repunte de los créditos hipotecarios UVA se explica por la combinación de tasas más bajas, inflación más moderada que en el pasado reciente y precios de alquiler cada vez más difíciles de sostener. En un país con grandes limitaciones de acceso al financiamiento, la expectativa de estabilidad se transformó en un incentivo fuerte para quienes buscan su vivienda.
Si el escenario macroeconómico mantiene cierto orden, el 2026 podría marcar el regreso del crédito hipotecario como herramienta estructural del mercado inmobiliario argentino. Por ahora, el dinamismo volvió y la demanda sostiene un ritmo que no se veía desde hace años.
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