Cuánto costará veranear en 2026: precios de referencia en la Costa Atlántica y Brasil

Alquilar, contratar servicios de playa y comer afuera será más caro que en 2025, aunque siguen existiendo opciones para distintos presupuestos

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A medida que se acerca la temporada de verano, miles de platenses empiezan a mirar con atención los precios para decidir si este año habrá descanso en la Costa o si, como ya viene ocurriendo con parte del turismo argentino, se abrirá el juego a alternativas como Brasil. La pregunta que ordena cualquier plan es siempre la misma: cuánto costará veranear.

La respuesta, aunque depende de múltiples factores (fecha, ubicación, anticipación, servicios incluidos), permite trazar un panorama general: en 2026, para una familia tipo de cuatro integrantes, una semana de vacaciones en enero parte de alrededor de $1.000.000, en el escenario más económico. Ese monto supone elegir un alojamiento básico, cocinar la mayor parte de las comidas y prescindir de carpa o sombrilla alquilada.

Para quienes buscan un poco más de comodidad —una mejor ubicación, algunos almuerzos fuera del alojamiento o la contratación de servicios de playa—, el presupuesto se acerca al rango de $1.500.000 a $2.000.000. Y, para quienes prefieren un verano sin privaciones, con carpa en zonas premium y gastronomía frecuente, los valores superan sin dificultad los $3.000.000 por semana.

Este abanico no es definitivo ni uniforme: todos los montos son de referencia, y puede haber variaciones significativas dependiendo de ofertas, promociones de pago anticipado, descuentos por estadías más largas y diferencias tarifarias entre enero y febrero, este último siempre más económico.

ALOJAMIENTO: EL PUNTO DE PARTIDA

El rubro que históricamente marca la diferencia entre unas vacaciones accesibles y otras más costosas sigue siendo el alojamiento. Entre Mar del Plata, Pinamar, Villa Gesell y Necochea, los precios muestran realidades muy distintas, incluso dentro de un mismo destino.

En Mar del Plata, un departamento estándar para cuatro personas puede costar entre $470.000 y $800.000 la semana, dependiendo del barrio y del nivel de equipamiento. Las zonas más céntricas —cercanas a la peatonal o a Playa Bristol— tienden a ubicarse en la franja más alta. Los departamentos de dos ambientes en el centro rondan entre $70.000 y $80.000 por día, y pueden superar los $95.000 si incluyen cochera. Para grupos más grandes, departamentos de dos dormitorios, bien equipados, se mueven entre $100.000 y $120.000 diarios, o más.

En Pinamar, uno de los destinos con la oferta más cara de la Costa, un departamento de dos ambientes en enero se ubica entre $800.000 y $1.500.000 por semana, valores que explican su perfil más exclusivo.

En cambio, Villa Gesell y Necochea mantienen las propuestas más económicas, tanto en hotelería como en alquileres temporarios. Para quienes priorizan cuidar el bolsillo sin resignar una buena playa, ambas ciudades continúan siendo alternativas firmes.

A esto se suma un dato no menor: las tarifas de febrero suelen bajar entre 20% y 30% en relación a enero, lo que convierte al segundo mes del año en una estrategia recurrente para abaratar costos sin renunciar a la temporada alta.

SERVICIOS DE PLAYA

En la Costa Atlántica, la contratación de carpas o sombrillas suele dividir al público entre quienes valoran la comodidad y quienes prefieren destinar ese dinero a otros gastos. Pero, aun así, para muchas familias el servicio de playa se ha vuelto casi imprescindible, especialmente en balnearios con mayor demanda.

En Punta Mogotes, uno de los complejos más grandes de Mar del Plata, una carpa en el Balneario 12 cuesta $560.000 por semana en enero y sube a $1.200.000 en la segunda quincena, históricamente la más convocante. El mes completo ronda los $2.000.000, mientras que la tarifa diaria está en torno a los $80.000, más $15.000 de estacionamiento.

En Playa Grande, los precios reflejan el perfil premium del sector: las carpas oscilan entre $735.000 y $896.000 por semana, y un día de servicio puede acercarse a los $160.000. Las sombrillas, en tanto, cotizan alrededor de $50.000 diarios.

En Gesell, los valores son más bajos. El Balneario Ciento25 ofrece carpas a $300.000 la semana en enero y $210.000 en febrero. Las tarifas diarias tampoco son elevadas, entre $50.000 y $55.000, lo que posiciona al destino como uno de los más competitivos.

En Pinamar y Ostende, el complejo Hipocampo Playa cotiza la semana de carpa en $450.000, mientras que quince días llegan a $700.000. Las sombrillas se ubican entre $350.000 por la semana y $600.000 por quince días.

En Necochea, el Balneario Tres Arroyos mantiene algunos de los precios más bajos: $250.000 por semana la carpa, $210.000 la sombrilla y un estacionamiento semanal de $90.000 como adicional.

COMER AFUERA: UN GUSTO QUE ENCARECE

Más allá del alojamiento y la playa, otro rubro que define el costo final del viaje es la gastronomía. Los puestos y paradores de playa exhiben precios que pueden acumularse con rapidez cuando se trata de grupos familiares.

A modo de referencia: un choclo cuesta $5.000, una docena de churros $11.000, una porción de rabas $20.000, una hamburguesa con papas entre $15.000 y $18.000, y un sándwich de milanesa ronda los $12.000.

De este modo, un almuerzo sencillo para cuatro personas supera fácilmente los $60.000. La diferencia entre cocinar en el alojamiento y comer todos los días en la playa puede representar varios cientos de miles de pesos a lo largo de una semana.

VACACIONES SEGÚN EL BOLSILLO: TRES ESCENARIOS POSIBLES

Perfil económico.- Quienes buscan el gasto más ajustado suelen optar por Gesell o Necochea, prescindir de carpas y cocinar casi todas las comidas. Así, el presupuesto semanal se podría mantener entre $1.000.000 y $1.200.000.

Perfil intermedio.- Incluye alojamientos mejor ubicados, alguna comida afuera y carpas en destinos más accesibles. En este caso, los valores ascienden a $1.500.000 – $1.700.000.

Perfil confortable.- Para quienes priorizan la comodidad: departamentos premium, carpa en Playa Grande o Pinamar, gastronomía frecuente y actividades adicionales. Los costos superan los $2.500.000.

BRASIL: UNA ALTERNATIVA QUE CRECE

La discusión sobre los precios entre Argentina y Brasil tomó impulso después de que el intendente de Florianópolis gastara $10.500 en un almuerzo playero, lo que derivó en la respuesta de un empresario marplatense, que promocionó un sándwich gigante por $9.800. Más allá de la anécdota, la comparación revela tendencias de fondo.

El tipo de cambio favorable para el turista argentino convierte a Brasil en un destino competitivo. Mientras que en la Costa Atlántica el gasto diario promedio se ubica entre USD 250 y 350, en ciudades como Florianópolis puede descender a USD 150 – 270, dependiendo del nivel de consumo y la temporada.

En términos de alojamiento, un departamento para cuatro personas en Florianópolis se ubica entre $106.000 y $185.500, una diferencia que puede reducirse o ampliarse según promos o anticipos.

La gastronomía también muestra diferencias. Una cerveza tiene un valor de entre $5.000 y $10.000 en la Costa, mientras que en Brasil ronda los $3.975. Los platos principales, como una milanesa con guarnición están cerca de $13.250 en Brasil, con porciones que suelen ser abundantes.

El costo de los servicios de playa también favorece al país vecino: el alquiler diario de sombrilla y sillas en Brasil ronda los $13.000.

Sin embargo, el análisis cambia cuando se suman los traslados. Para una familia de cuatro personas, el costo aéreo representa un monto significativo, que en muchos casos inclina la balanza a favor de la Costa Atlántica, especialmente para quienes viajan en auto.

ESTRATEGIAS PARA ESTIRAR EL PRESUPUESTO

Reservar con anticipación, elegir febrero en lugar de enero, cocinar en el alojamiento, compartir gastos con otra familia y comparar promociones de balnearios son acciones que pueden generar ahorros considerables. También resulta útil llevar heladerita y snacks, o buscar alojamientos con cocina completa, lo que reduce los gastos diarios en gastronomía.

La Costa Atlántica sigue ofreciendo propuestas diversas para distintos niveles de gasto, mientras que Brasil aparece como una opción tentadora para quienes encuentran vuelos a buen precio o prefieren un presupuesto más previsible una vez en destino.

En todos los casos, los montos mencionados en esta nota son de referencia: pueden ser más altos o más bajos según ubicación, fecha, promociones, disponibilidad y tipo de cambio.

 

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