Empujones y gritos por un lugar en el Senado
Edición Impresa | 2 de Diciembre de 2025 | 01:53
Con escenas de pugilato que incluyeron gritos y empujones, el Senado fue testigo ayer de un hecho de tensión pocas veces visto. Ocurrió cuando la kirchnerista Cándida López, legisladora por Tierra del Fuego, se presentó con su marido y un cerrajero para tomar “por la fuerza” las oficinas de un senador que concluye su mandato, según denunció la titular de la Cámara Alta, Victoria Villarruel. El episodio generó gritos, empujones y forcejeos entre López y su esposo con el personal de Seguridad de la Cámara Alta.
De acuerdo a las imágenes de video que se viralizaron, López llegó en la tarde de ayer al despacho ubicado en el 4º piso del Senado acompañada por su esposo, el concejal de Ushuaia, Juan Carlos Pino, y junto a un cerrajero.
En el entorno de la legisladora sostuvieron que el despacho les fue entregado por su compañero de bancada José Leavy (Salta), que ya lo ocupaba desde hace dos semanas. Mientras acusaron a Villarruel de haberse excedido en sus funciones y de haber tomado “por asalto” las oficinas cambiándole la cerradura.
Incluso López radicó una denuncia penal por lesiones, amenazas y agresiones sexuales contra personal de seguridad del Senado.
“López fue agredida física y sexualmente cuando quiso recuperar los objetos que quedaron adentro del despacho”, acusaron allegados a la senadora.
Añadieron que “durante un forcejeo en la puerta de su despacho, la representante fueguina resultó agredida por personal que responde a la vicepresidenta, Victoria Villarruel”.
Según afirmó personal de Seguridad del Senado, “fue la propia Villarruel la que ingresó al despacho de la senadora, con personal que cambió la cerradura, colocó una faja en la puerta y retiró la placa de la senadora nacional”, contaron cerca de López
“Uno de los jefes de Seguridad le reconoció a la senadora nacional, Juliana Di Tullio, que Villarruel en persona ingresó al despacho, el viernes pasado”, precisaron.
“Que la vicepresidente Villarruel ingrese de manera ilegal al despacho de otro senador nacional es un ataque de extrema gravedad institucional y una violación a la autonomía del Poder Legislativo”, afirmó López.
Y agregó: “Los dueños del Senado de la Nación son los senadores, no la vicepresidenta. Ninguna autoridad puede impedir que un legislador acceda a su lugar de trabajo”.
Desde hace dos semanas, López y su equipo trabajan en el despacho del senador saliente por Salta, Sergio Leavy.
Ambos senadores, pertenecientes a un mismo espacio político, acordaron que el histórico despacho, que fue utilizado durante décadas por senadores fueguinos, vuelva a ser el lugar de trabajo de una representante de Tierra del Fuego.
Esta decisión política, le fue comunicada con antelación a la Presidencia del Senado por el interbloque de Unión por la Patria, de la misma manera que se hizo en el caso de otros senadores.
Ningún otro despacho en el Senado fue fajado, ni le cambiaron la cerradura, estando senadores del oficialismo y de la oposición con acuerdos políticos similares a los de López y Leavy.
En este marco, desde el entorno de la senadora López aseguraron que ayer, luego de que Villarruel no contestara ninguno de sus mensajes y llamadas durante el fin de semana, se presentó en su oficina junto a un cerrajero para recuperar sus objetos personales que habían quedado adentro del despacho.
“Personal de seguridad del Senado, que había realizado una barricada con dos sillones frente a la puerta, se lo impidió y se produjo un forcejeo y una agresión física contra la senadora nacional”, advirtieron.
Señalaron que la lesión fue constatada por Gustavo Apreda, médico del Senado, quien describió un “hematoma a nivel de zona superior del tobillo derecho de 5 por 3 centímetros”. La senadora fueguina también presentó dolores internos en su brazo derecho.
Tras ello, López realizó la denuncia penal contra sus supuestos agresores.
“Si se permite que una autoridad del Senado pueda castigar a un senador por su postura, mañana se podrá hacer lo mismo con cualquier representante. Es un mensaje muy peligroso para la democracia”, señaló la denunciante.
Fue cuando el cerrajero intentó violentar la puerta que se presentó el personal de seguridad de la Cámara Alta para impedirlo. A eso, Pino y López -que alegó que quería entrar al despacho para recuperar algunas pertenencias- habrían respondido con empujones.
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