VIDEO. Lluvia, sol y calor en otro viaje junto al Pincha

La despedida del equipo tuvo un respaldo tremendo en las tribunas. Los hinchas soportaron lluvia, sol, calor y mosquitos Pero poco importó

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SAN NICOLÁS (Env. Esp).

Martín Cabrera

mcabrera@eldia.com

Último viaje del año. Última movilización de 2025 que tuvo miles de kilómetros a lo largo de las diferentes competencias. Última parada de un viaje inolvidable que, en la previa independientemente del resultado, ya dejaba un saldo positivo en los hinchas que viajaron hasta San Nicolás para agradecerles a los jugadores un nuevo título. Último brindis con un equipo que en dos años se cansó de ganar estrellas.

Más de 14 mil personas se trasladaron desde La Plata y zonas bonaerenses hasta el estadio Único de San Nicolás, la primera vez que recibió al Pincha por un torneo oficial. Mucho colorido en un viaje largo pero muchísimo menos que el de la semana pasada. Eso sí, no le faltaron condimentos: una fuerte lluvia en el camino para los hinchas y un calor tremendo con mucha humedad cuando después de las 16 horas salió el sol y levantó el agua del piso. Por ser el último del año, no dejó de ser un destino que le hizo las cosas difíciles a los simpatizantes de un lado y otro.

Los de Estudiantes agotaron las 14 mil localidades. Primero la platea, luego la general y más tarde la tribuna lateral Rucci, que tuvo un aforo necesario como para que quienes quisiesen lo pudieron seguir sentados.

La salida del equipo fue cargada de colorido, bombas de estruendo y humo de colores de ambas tribunas. También telones y una bandera que empezó a ser un clásico: “Coronados de gloria”.

La movilización empezó bien temprano. Los primeros hinchas llegaron a las 7:30 a UNO desde donde partieron la mayoría de los micros de larga distancia que el Club se encargó de fletas a un precio promocional. Pero desde otros lugares también salieron otros colectivos, micros menores, combis y miles de autos. Estos últimos lo hicieron por la ruta 9, el camino más directo y rápido. La caravana que salió desde el estadio lo tuvo que hacer por la ruta 6 y luego empalmar por la 9 a la altura de Campana. Un viaje mucho más largo, claramente.

En ese grupo estuvo el presidente Juan Sebastián Verón, que lo hizo junto a su familia: esposa, hermano e hijos. También muchos amigos que lo acompañaron también hasta San Nicolás. Lo mismo que la semana pasada llegó hasta el estadio y vio el partido en la platea oficial, que fue compartida con los hinchas del Calamar.

Como era de esperar los hinchas agradecieron el título conseguido la semana anterior ante Racing al grito de “Dale campeón”. También recordaron a su clásico rival, Gimnasia, al que eliminaron en la semifinal de los playoffs en el Bosque, con el 1-0 de Tiago Palacios.

Y otra vez el show del DJ, que tuvo que poner el sonido al mil por ciento cada vez que los hinchas insultaban o recordaban a Claudio Tapia o Pablo Toviggino. A una altura hasta pareció simpático pero no deja de llamar la atención la poca libertad que existe en este fútbol argentino

Entre las banderas que se desplegaron se pudieron ver “Floresta”, “Lasta”, “Somos el orgullo de la ciudad”, “Leones del Sur”, Villa Elisa”, “Los Salvioli”, “Gonnet”, “La Loma”, “Que más por este amor”, “Filial La Pampa Alejandro Sabella”, “Zona Norte”, “102”, Berisso”, “Las Flores”, “Los Hornos”, “La 529”, “Yo soy así”, “Catamarca”, “Merlo”, “Los Leales”, “La única banda de la Ciudad”, “Caballito”, “Mondongo”, “Una forma de sentir”, “San Nicolás”, “Agrupación Claudio Gugnali”, “Zona Sur”, “Tolosa”, “Berazategui”.

INGRESO LENTO Y CON MUCHA CAMINATA

Los hinchas de Estudiantes llegaron por la ruta 9 hasta el estadio Único e ingresaron por uno de los accesos a la Ciudad. Pero la mayoría de los autos quedaron muy lejos del estadio porque hubo retenes policiales que impidieron que los autos llegasen hasta el sector descampado preparado para dejar los autos. Cuando alguien se dio cuenta que los autos tenían que llegar hasta allí fue algo tarde. Por eso miles de albirrojos tuvieron que caminar no menos de 10 a 15 cuadras desde el vehículo hasta el ingreso a la popular y la lateral Rucci. Justo cuando el termómetro pasaba los 30 grados fácilmente.

Entre esta dificultad y el intenso calor el estadio recién se llenó o tomó un color apropiado minutos antes del pitazo inicial de Leandro Rey Hilfer. Claro, era mejor estar a la sombra que con el sol que pegaba fuere en todas las tribunas.

Otro factor a tener en cuenta: los mosquitos. A tal punto que los vendedores ambulantes vendían choris, gaseosas, cervezas y también repelente. En determinado momento cotizaba como el agua en el desierto.

 

 

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