El mercado de propiedades, un sostén de la actividad económica platense

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Durante el tercer trimestre de 2025, la actividad económica de La Plata registró un incremento del 2,3% interanual, según los datos procesados por el Indicador de Actividad Económica (IAELaP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP. Este repunte en los indicadores locales se explica, en gran medida, por el dinamismo de los sectores vinculados a la inversión patrimonial, donde el mercado inmobiliario ha tomado un rol protagónico para liderar la reactivación del producto bruto de la ciudad.

El sector de actividades inmobiliarias y servicios profesionales ha mantenido una trayectoria ascendente que ya suma varios trimestres de crecimiento sostenido. El dato más contundente del período es el extraordinario salto en la compraventa de inmuebles, que registró un incremento del 33% interanual. Este dinamismo permitió que el rubro aportara 0,7 puntos porcentuales a la variación positiva de la economía platense, demostrando una resiliencia superior a la de otras ramas de la actividad.

El auge está ligado a la aplicación de ahorros y a la expansión del sistema financiero. Según el informe técnico, los préstamos bancarios crecieron un 29,8% en términos reales, mientras que el volumen de créditos hipotecarios llegó a triplicarse en comparación con el año anterior, facilitando el acceso al “ladrillo” y consolidando la confianza de los inversores en el trazado urbano platense.

El sector suma relevancia por el desempeño en un escenario de caídas generalizadas en segmentos de impacto masivo, como los de las ventas minoristas y la actividad en la administración pública y la industria.

La relevancia del mercado inmobiliario se encuadra dentro de una tendencia de consumo de bienes durables que hoy define el perfil de la economía local.

Junto a la compra de propiedades, la venta de vehículos se posicionó como el otro gran pilar de este segmento. El patentamiento de automóviles acompañó la tendencia con un crecimiento del 7,3% interanual. Esta preferencia por los bienes durables refleja una respuesta estratégica de los ahorristas, quienes encuentran en los activos físicos la mejor vía para preservar y potenciar su capital en el tiempo.

El impacto de este crecimiento en el sector inmobiliario trasciende la mera transacción comercial, ya que funciona como un multiplicador de la actividad en toda la región.

La fuerte suba en la compraventa de inmuebles tracciona una extensa cadena de valor. Se espera que la dinámica ya visible en los servicios profesionales y notariales derrame a otros rubros asociados del bloque económico, como la construcción y el mantenimiento.

Esta sinergia, potenciada por el crédito hipotecario, no sólo mejoraría el patrimonio de las familias: establecería una base sólida para el desarrollo urbano, confirmando que la inversión en activos fijos es hoy la principal garantía de la vitalidad económica de la ciudad.

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