La VTV cada vez más costosa y la siniestralidad no baja
Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2025 | 02:11
La decisión del ministerio de Transporte bonaerense de autorizar un nuevo aumento para la Verificación Técnica Vehicular, que pasó a costar casi $100.000 –es decir, un 21,8 por ciento más de lo que se venía pagando- constituye un ataque al bolsillo de mucha gente, si se tiene en cuenta no sólo el poder adquisitivo promedio de la población, sino, también, el hecho de que la duración de la revisión técnica en las líneas de las plantas no excede de unos pocos minutos.
Según lo dispuesto por el Gobierno provincial, a partir del 16 de enero de 2026 el valor de la tarifa básica de la VTV pasará a ser de $97.057,65. Ese monto corresponde a los vehículos de hasta 2.500 kilos y funciona como referencia para el resto de las categorías del cuadro tarifario, que se calculan a partir de ese valor base.
Este ajuste se da después del que se registró a mediados de julio, con un salto del 25,5 por ciento con respecto a febrero. Hace un año, el valor del control del auto estaba en $53.819,26.
Desde el Ministerio explicaron que el aumento responde al esquema previsto en el pliego de concesión del servicio. Así, se dijo que la tarifa básica equivale al 7 por ciento del salario básico del operario categoría 1, según el convenio colectivo vigente entre las empresas concesionarias agrupadas en la Cámara Argentina de Verificadores de Automotores (CAVEA) y el sindicato SMATA.
Por lo pronto, debiera decirse que en la planta platense de la VTV, ubicada en la zona de 19 y 520, siguieron presentándose problemas con los turnos y las colas que se forman para efectuar la revisión, que siguieron extendiéndose por varias cuadras. Este panorama se repite año tras año y origina un gran disgusto y protestas en quienes, además de esa espera, deben volcar una suma de dinero equivalente al del costo de una reparación mecánica ya importante en cualquier taller, en donde se trabajan horas, a veces todo el día, para reparar los vehículos.
Se ha dicho ya que la VTV no debiera existir para marcar récords de recaudación, sino, en todo caso, para que sirva a la seguridad vial. Sin embargo, basta con mirar el estado promedio del parque automotor que circula por las calles y rutas para desconfiar de esa conclusión. Realizada la verificación, lo primero que vuelve a comprobar el automovilista es la presencia de muchos vehículos sin luces, sin frenos y, si hay un accidente, también sin VTV ni seguros. En las calles y avenidas circulan hasta vehículos con tracción a sangre.
Otra corroboración contrastante la ofrece el cada vez más ruinoso estado de las calles y rutas en la Provincia, plagadas de baches y ondulaciones, en las que, paradójicamente, se colocan día tras días nuevas cámaras que emiten fotomultas, cuyo costo es también difícil de afrontar para muchos bolsillos. Y ahora se anunció que, también, se utilizarán drones.
Desde que se inició la VTV hace más de tres décadas, la siniestralidad vial no bajó sus niveles, tal como lo confirmó el año pasado la Asociación Luchemos por la Vida. Al contrario, el peligro creció en forma exponencial. El tránsito sigue siendo caótico y son muchos los factores que inciden para que así lo sean.
La VTV, bien concebida pudo ser efectiva. Sin embargo, hasta hoy se convirtió en un castigo para la economía de la gente y no le aportó beneficios concretos a la seguridad vial. No es una opinión, sino un dato estadístico. Y además de ser muy costosa, la VTV obliga a la población a realizar todos los años un trámite engorroso, que le demanda horas de espera y de paciencia.
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