Del ludo a los virales: los regalos que esperan los chicos
Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2025 | 02:27
Acercarse a una juguetería o a una librería por estos días es asomarse a una radiografía bastante precisa de cómo cambió el consumo infantil y adolescente. Entre clásicos que resisten el paso del tiempo, modas impulsadas por redes sociales y el avance inevitable de la tecnología, las elecciones varían según la edad de los chicos, pero también según el bolsillo.
“Los clásicos siempre salen”, resumió una vendedora de una juguetería de calle 12, mientras señalaba juegos que parecen no perder vigencia. El ludo, por ejemplo, sigue siendo uno de los más buscados y hoy cotiza entre los $12.290 y los $25.555, dependiendo de la marca, la calidad del tablero y los materiales. En una línea similar, otros juegos de mesa tradicionales como el “Monky Loco” o el “Basta” pueden encontrarse alrededor de los $19.000, valores que, en comparación con otros regalos, los mantienen como una opción relativamente accesible.
La gran diferencia con otras épocas, explicó la comerciante, es que muchas decisiones están atravesadas por lo que se vuelve viral. “Todo lo que aparece en redes sociales se pide. Por ejemplo, el ‘Basta’, que es una especie de tuti fruti, está muy instalado porque se juega mucho en TikTok y todos vienen a buscarlo”, contó. Así, juegos simples, sin pantallas y de reglas conocidas conviven con un nuevo impulso dado por la exposición digital.
En el segmento de los menores de 12 años, los juegos de mesa siguen siendo protagonistas, pero se suman con fuerza los bloques de construcción. En especial, los legos inspirados en universos que los chicos ya conocen y consumen, como Minecraft u otros videojuegos y películas populares. Los precios, en este caso, muestran una brecha importante: hay sets más chicos que rondan los $46.956 y otros, con mayor cantidad de piezas y complejidad, que alcanzan los $71.000. “Se venden mucho los legos con temáticas de cosas virales o de juegos clásicos que los chicos reconocen enseguida”, detalló la vendedora.
A partir de los 12 años, el panorama empieza a cambiar. Si bien los juegos de mesa no desaparecen del todo, pierden protagonismo frente a opciones vinculadas al movimiento y al deporte. “En los mayores de 12 pican en punta las pelotas, los aros de básquet y los arcos de fútbol”, señaló la comerciante. Son regalos que invitan a salir al aire libre, compartir con amigos y despegarse, al menos por un rato, de las pantallas, y que además suelen ubicarse en un rango de precios intermedio frente a otras alternativas. Un aro de básquet de juguete puede comprarse a partir de los $7.000 mientras que uno más grande, de acero, cuesta unos $37.000.
La tecnología, sin embargo, sigue siendo una presencia constante y transversal a todas las edades, aunque con valores que marcan una diferencia clara respecto de los juguetes tradicionales. Entre los más chicos, las tablets aparecen como uno de los regalos más elegidos: una tablet “segura”, orientada al aprendizaje y al entretenimiento infantil, puede costar alrededor de $132.000. Las tablets básicas, sin funciones específicas para niños, parten desde los $89.000 a $100.000, aunque el precio puede escalar considerablemente según la marca y las prestaciones. Para los preadolescentes y adolescentes, el gran hito suele ser el primer celular, con un abanico de precios aún más amplio y, en muchos casos, difícil de afrontar para las familias.
Desconectar de lo virtual
En paralelo, los libros intentan ganar su propio espacio como alternativa para “desconectar”. En las librerías, los padres llegan con una intención clara: encontrar historias que logren competir, aunque sea por un rato, con el celular. “Esa es la idea de todos los papás de adolescentes que llegan a la librería”, confió una vendedora consultada por este medio. Buscan novelas atrapantes, sagas juveniles o libros que dialoguen con los intereses actuales de sus hijos, con precios que, en general, siguen siendo más bajos que los de la tecnología.
Sin embargo, las ventas muestran una diferencia marcada entre edades. “Si hago un balance de hoy, se vendieron muchos más libros para niños que para adolescentes”, explicó. En los más chicos, la lectura parece estar más arraigada o, al menos, los padres no muestran tanta reticencia a la hora de comprar. En cambio, en la adolescencia, los libros pierden terreno frente a otros consumos y los padres reconocen que cuesta más convencerlos.
Otro fenómeno que gana cada vez más presencia es el del skincare y el maquillaje en niñas de 12 y 13 años. Productos de belleza, rutinas de cuidado facial y sets de maquillaje aparecen con fuerza en las listas de pedidos, impulsados en gran parte por influencers y contenidos que circulan en redes sociales. Para muchos padres, estas elecciones generan dudas y debates, pero aun así terminan formando parte de las compras.
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