Presentaron los F-16: Milei, durísimo con el kirchnerismo
Edición Impresa | 7 de Diciembre de 2025 | 04:01
El arribo de los F-16 provenientes de Dinamarca no fue solo una exhibición técnica. Milei convirtió la ceremonia en una plataforma para diferenciar su gobierno del kirchnerismo en materia de defensa y soberanía, dos conceptos que atravesaron cada tramo del discurso. Desde el escenario montado en la base de Río Cuarto, el mandatario sostuvo que la compra de los cazas representa una reparación histórica y el inicio de un nuevo paradigma en la política militar argentina.
Con los aviones de fondo y frente a ministros, funcionarios y mandos de las Fuerzas Armadas, Milei afirmó que el país “recupera la capacidad supersónica después de décadas de abandono”, y vinculó esa recuperación con lo que definió como un cambio de visión estratégica. Según su diagnóstico, los gobiernos kirchneristas se concentraron en un enfoque simbólico de la soberanía y relegaron la dimensión operativa del sistema de defensa.
“Para ellos soberanía es pobreza decorada con banderines”, señaló en alusión directa a la oposición.
Críticas al kirchnerismo y una definición propia de soberanía
Milei articuló su mensaje en un contraste dual: por un lado, su modelo, basado —según dijo— en crecimiento económico, inserción internacional y fortalecimiento militar; por el otro, la visión que adjudicó al kirchnerismo, centrada en aislamiento, litigio ideológico y baja prioridad presupuestaria en defensa. Acusó a ese sector de haber “desfinanciado las capacidades militares esenciales” y de haber instalado una relación social conflictiva con las Fuerzas Armadas.
Sostuvo que el país no puede aspirar a ser soberano sin contar con herramientas de disuasión y sostuvo que su gestión está orientada a revertir esa lógica. Definió como “hipócrita” la reivindicación simbólica de la soberanía sin respaldo tecnológico, operativo y económico. Para Milei, la llegada de los F-16 representa un punto de inflexión frente a lo que consideró “un largo período marcado por la desinversión”.
La ofensiva discursiva también apuntó a lo que describió como una utilización política de la memoria histórica. El Presidente afirmó que la última dictadura se transformó en una herramienta de disputa partidaria que, según él, contribuyó a deteriorar la percepción pública sobre las Fuerzas Armadas: “Durante décadas se buscó convertirlas en enemigas internas”, aseguró.
Defensa, política y mensaje interno: Presti al Ministerio
La designación del teniente general Carlos Alberto Presti como ministro de Defensa fue otro punto donde Milei volvió a marcar distancia con la oposición. En medio de críticas de referentes kirchneristas, el mandatario defendió la decisión al señalar que la prioridad del Gobierno es la profesionalización del área y no la afinidad electoral.
Remarcó que Presti representa una mirada técnica y que su trayectoria militar constituye un atributo central. A la par, elogió la gestión de Luis Petri, quien dejará el cargo para asumir como diputado, y definió la adquisición de los F-16 como su principal legado. “Nosotros elegimos idoneidad, no imagen televisiva”, expresó.
La discusión por el nombramiento circuló como subtexto estratégico: Milei buscó contrastar su gabinete —al que definió como técnico— con el que atribuye al kirchnerismo, más orientado a lealtades políticas que a especialización.
Un acto militar leído en clave política
Aunque la presentación de los aviones incluyó detalles operativos sobre traslado, logística y capacidades, el tono general del acto fue político. La narrativa presidencial instaló a los F-16 como símbolo de recuperación institucional, alineamiento geopolítico con Occidente y retorno a estándares de defensa de alto nivel. El sobrevuelo matutino sobre Buenos Aires —amplificado en redes— reforzó esa puesta en escena.
Milei sostuvo que la modernización militar es parte de un proyecto de desarrollo nacional más amplio y que la defensa no puede quedar supeditada a discusiones ideológicas. Concluyó que la soberanía debe ser entendida como capacidad concreta para proteger intereses estratégicos y no como enunciado retórico.
En el cierre del acto, el Presidente planteó que Argentina inicia “una etapa de reconstrucción de la fuerza del Estado”, insistiendo en que la política militar será un pilar de su gestión y un elemento de contraste permanente con el kirchnerismo. La escena, con los F-16 detenidos detrás del escenario, funcionó como soporte visual de ese mensaje.
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