Un éxito impensado

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El entrañable personaje de Bridget Jones, que encadena desventuras amorosas, copas de vino francés y dietas, ha hecho que Renée Zellweger sea conocida en todo el mundo.

Helen Fielding lo creó para una columna en la prensa londinense en 1995, antes de escribir una serie de libros que fueron superventas en el Reino Unido. Y entonces llamó el cine.

En la primera película, la exitosa “El diario de Bridget Jones”, estrenada en 2001, Renée Zellweger, oriunda de Texas, engordó unos cuantos kilos y dominó con éxito el acento británico para interpretar a Bridget junto a Hugh Grant y Colin Firth.

Después llegarían “Bridget Jones: Al borde de la razón”, en 2004, y, doce años después, “El bebé de Bridget Jones”, en la que Bridget se quedaba embarazada, sin saber quién era el padre del bebé: si un guapo multimillonario estadounidense con quien había tenido una aventura o su ex pareja Mark Darcy, con quien terminaba casándose.

Zellweger cree que se puede considerar a Bridget Jones como un icono cultural británico desde que este personaje saltó a la pantalla hace 25 años, debido “a la magia del talento de Helen para crear estos personajes que se sienten universalmente identificables y que trascienden las generaciones”.

 

Bridget Jones

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