La delincuencia busca batir el récord de robos a escuelas de la Región

Los delincuentes en la Región no se toman vacaciones. Y vuelven a ensañarse contra las escuelas, de donde se llevan lo poco que les queda y causan destrozos, cuyo costo de reparación excede por completo el valor del botín obtenido. Para decirlo más claro, además de robar, los delincuentes rompen por el solo gusto de romper.

En las últimas horas, una escuela de Ringuelet sumó su quinto robo en 2025. En este caso el director del establecimiento reseñó que “el año pasado hubo en este mismo período 6 robos, algunos con vandalismo”. En base a los antecedentes reunidos, es muy probable que este año esa marca sea batida en poco tiempo.

Lo de siempre: material escolar sustraído, rejas dobladas, armarios destrozados entre otra nutrida lista de daños. La sucesión de robos ya les impide a veces a los educadores mantener al día el inventario de las pérdidas.

Durante el fin de semana se vivió lo mismo en la sede de la Escuela Secundaria Agraria N° 1, “Tierra de Inmigrantes”, de Berisso. Su comunidad educativa amaneció con la triste noticia de un robo con vandalismo en sus dependencias.

Una docente constató al llegar a primera hora de la mañana que una ventana estaba forzada, con una malla de alambre rota por la que ingresaron los ladrones. También las rejas ulteriores habían sido rotas. Y después, lo mismo de siempre: contabilizar las pérdidas de material y las roturas edilicias.

La denuncia fue realizada por una docente del establecimiento, quien al llegar alrededor de las 8 de la mañana al lugar, notó algo extraño. Al ingresar al edificio, su mirada fue directamente hacia la biblioteca, pero lo que encontró no era ni el silencio habitual ni el orden de siempre.

Según datos del Consejo Escolar de La Plata, más de la mitad de los edificios educativos de la Ciudad no cuentan con alarmas ni sistemas de seguridad adecuados.

Las escuelas siguen indefensas. Hace pocas jornadas un grupo de padres de una escuela de La Granja, cansados por los continuos robos y actos vandálicos, anunciaron que “vamos a tomar la escuela, para defenderla de los delincuentes”. Se ha llegado a extremos inimaginables.

El Estado provincial -en primer lugar la Policía- es quien debe ocuparse con esmero para frenar este flagelo. Para ello, en primer lugar, debiera reconocer su existencia y a partir de allí rodear a las escuelas de mayor seguridad. Esto sin dejar de lado que es también toda la población la que demanda no seguir asediada, desde hace mucho, por una delincuencia desatada y violenta.