La muerte del penitenciario en La Plata: los acusados rechazan el dolo homicida

Con la intención de mejorar su delicada situación procesal, al estar acusados del delito de homicidio, en los términos del artículo 79 del Código Penal, que establece una pena de prisión entre 8 y 25 años, los acusados de darle muerte al penitenciario en el estacionamiento del hipermercado Nini de La Plata, luego de una discusión por una maniobra de tránsito, aceptaron declarar en la indagatoria, donde reconocieron su participación en el incidente, aunque descartaron el dolo homicida.

Según fuentes de tribunales, se trata de Jonatan David Marchezotti (36) y de su padre, Fabio Omar Marchezotti (58), quienes pusieron a la víctima, identificada como Jorge Luis Castells (40), en el rol de promotor del altercado, en el cual no tuvieron ninguna intención de terminar con su vida, sino que -dijeron- la tragedia se desencadenó de manera súbita e impensada.

Los mismos voceros indicaron que en la audiencia, ante la fiscal que investiga el hecho, Virginia Bravo, los imputados contaron con la asistencia de la Defensoría Oficial y mostraron un relato concordante respecto del luctuoso suceso.

En ese sentido, ambos contaron que viajaron en camión desde la provincia de Entre Ríos para entregar una carga de arroz y que, al llegar al centro de compras mayorista, no sabían cuál era el sector de despacho de la mercadería.

En esas circunstancias, el mayor de los Marchezotti, quien manejaba un Mercedes Benz, patente AF032NJ, realizó una maniobra que habría obstaculizado el paso de Castells, que se desplazaba en camioneta por 520 y 23.

Se presume que ese incidente motivó un fuerte reproche por parte del penitenciario, que siguió dentro del predio comercial.

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Siempre a decir de los detenidos, en todo momento quisieron calmarlo, restándole trascendencia a lo ocurrido, pero no lo lograron. Y si bien Castells se alejó del lugar, previo lanzarle un cachetazo al menor de los Marchezotti, ambos contaron que lo hizo bajo amenazas de regresar y con una frase que los llenó de miedo: “Ahora voy a buscar el fierro y los voy a cagar a tiros”.

Minutos más tarde, mientras descargaban los pallet con los paquetes, en una charla entre padre e hijo no descartaron que la promesa de Castells haya sido una frase de circunstancia, en medio de la tensión de la confrontación, aunque grande fue su sorpresa cuando lo vieron regresar, esta vez en una moto tipo 250.

Los Marchezotti mencionaron ante la fiscal que al primero que agarró fue a Jonatan, al que “me empezó a golpear y, al ir para atrás, como estaba en ojotas, me trastabillé y me caí”.

“Ahí me pateó la cabeza, la espalda y los riñones y después me daba pisotones fuertes. Era un tipo grandote”, agregó.

Cuando el padre intervino, sacó un “chicotito”, una especie de resorte, con el que trató de defenderlo. Y luego de varios amagues, sin lesionarse, llegó el terrible desenlace: Jonatan lanzó una piedra, que impactó en el rostro de Castells y que provocó su desplome.

Se presume que el golpe de la cabeza contra el piso, fue la causa que terminó por desencadenar su fallecimiento, luego de agonizar algunas horas en el hospital San Roque de Gonnet, al que lo trasladaron de urgencia.

“Nunca pensé que le iba a pasar esto. Jamás tuve la intención de golpear a nadie y menos que haya pasado lo que pasó”, explicó.

El padre, como se dijo, mantuvo una declaración en idéntico sentido, por lo que muchos especulan con una intención de lograr un cambio de calificación a una figura menos gravosa, como podría ser el homicidio preterintencional, que establece un máximo de pena de seis años de cárcel.