Analizan fórmulas para impedir que los menores apuesten por internet
Edición Impresa | 26 de Febrero de 2025 | 02:21

Funcionarios nacionales y provinciales de diversas áreas, representantes de bancos y tarjetas de créditos miembros de fundaciones civiles y autoridades de loterías de todo el país se reunieron para analizar estrategias destinadas a frenar el ingreso de menores de edad a las plataformas de apuestas. Tal como se informó ayer en este diario, lo hicieron durante una jornada de debate que tuvo lugar en las últimas jornadas dependencias del Hipódromo de Palermo.
La reunión se concretó en el contexto de un fenómeno de ludopatía juvenil que está haciendo estragos entre adolescentes y chicos de nuestro país, que apuestan on line. En fecha reciente se divulgaron por este medio las conclusiones de un informe de una fundación platense que consultó a 320 alumnos de escuelas de la Ciudad, que reveló que un 33,8 por ciento declaró haber apostado alguna vez, mientras que un 34 por ciento manifestó haberse enterado de esta alternativa por un amigo.
En Argentina, las apuestas en línea están legalmente prohibidas para menores de 18 años. Sin embargo, un número significativo de adolescentes participa en estas actividades, a menudo eludiendo las restricciones mediante la falsificación de datos o el uso de perfiles de adultos.
Una encuesta realizada el año pasado por la Defensoría del Pueblo mostró que el 24 por ciento de los estudiantes secundarios, es decir, 1 de cada 4, ha realizado apuestas en línea al menos una vez. Del total de adolescentes que apuestan, el 71 por ciento son varones y el 14,7 por ciento de ellos lo hacen de forma regular.
La creciente popularidad de las apuestas online entre los jóvenes constituye un fenómeno que se nutre de la agresiva publicidad de las casas de apuestas, que promocionan sus servicios a través de redes sociales y patrocinios deportivos, lo que aumenta su visibilidad entre los adolescentes; pero también del fácil acceso a plataformas y métodos de pago.
Precisamente, la disponibilidad de billeteras virtuales y la posibilidad de acceder a sitios de apuestas las 24 horas facilitan la participación de los jóvenes en esta actividad, que carece de una regulación uniforme en el país.
Lo cierto es que el jugador puede ser casi un niño sin que sea controlado, en una situación que llama tanto a la responsabilidad de los padres para ejercer las medidas preventivas del caso, como a las del Estado, ya que se conoce que existe en las redes una poderosa estructura destinada a explotar el juego.
Es preocupante que niños y jóvenes integren esa clientela cautiva de los juegos de azar. Las autoridades debieran actuar en forma efectiva para evitar que esas franjas etarias se vean expuestas a semejantes tipos de adicciones. En buena hora, entonces, la reunión multisectorial realizada. De ella podrían surgir alternativas legales que impidan la presencia de menores de edad en los sitios de juegos en internet. Y las severas sanciones a quienes permiten hoy esa posibilidad.
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