Orgasmo masculino: cuando el placer tarda en llegar
Edición Impresa | 23 de Marzo de 2025 | 05:54

El orgasmo masculino suele ser visto como un evento inevitable, un punto final que llega con una precisión casi matemática. Sin embargo, para un porcentaje no menor de hombres, alcanzar el clímax es un desafío que puede tomar media hora o más, generar frustración e incluso dolor. Este trastorno, conocido como orgasmo retardado, afecta a uno de cada diez hombres mayores de 40 años y, en casos extremos, puede derivar en anorgasmia: la incapacidad total de llegar al orgasmo.
El orgasmo retardado ha sido históricamente un terreno poco explorado. La mayoría de las investigaciones sobre disfunciones sexuales masculinas se han centrado en la eyaculación precoz, un trastorno que afecta a 7 de cada 10 hombres. Pero la otra cara de la moneda existe y es un problema real, con causas diversas que van desde el consumo de ciertos medicamentos hasta factores neurológicos, emocionales y de pareja.
Para entender por qué el orgasmo puede retardarse, primero hay que comprender cómo funciona. La excitación sexual se inicia en el cerebro, con estímulos visuales, mentales o físicos que desencadenan la liberación de dopamina, un neurotransmisor clave en el circuito del placer. Con suficiente estimulación, el cerebro genera una oleada de sustancias químicas como la oxitocina, que produce la sensación de orgasmo. En la mayoría de los casos, la eyaculación ocurre simultáneamente, aunque son procesos independientes.
Cualquier alteración en este complejo sistema puede derivar en un retraso en la respuesta orgásmica. Enfermedades neurológicas, trastornos hormonales, lesiones en la médula espinal o en los músculos del suelo pélvico, y hasta el estrés y la ansiedad pueden interferir en el proceso.
MEDICAMENTOS Y ENFERMEDADES: ENEMIGOS DEL CLÍMAX
Entre las causas más comunes del orgasmo retardado están los fármacos. Los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), utilizados para tratar la depresión y la ansiedad, son conocidos por elevar el umbral necesario para alcanzar el clímax. Otros medicamentos, como los opioides, los betabloqueantes para la presión arterial y algunos antipsicóticos, también pueden afectar la respuesta orgásmica al reducir la sensibilidad nerviosa y la respuesta del sistema nervioso a la estimulación sexual.
Las enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson o la diabetes, pueden dañar las vías nerviosas que comunican el cerebro con los genitales, dificultando la percepción del placer. Las lesiones medulares, incluso una hernia de disco, pueden interferir en el reflejo orgásmico.
El orgasmo retardado no solo es un problema individual. Muchas veces, los hombres que lo padecen se enfrentan a la incomprensión de sus parejas. En algunos casos, la preocupación por causar dolor o incomodidad a la otra persona puede ser un factor que inhibe la respuesta orgásmica. La sequedad y la irritación vaginales, comunes en la menopausia, pueden hacer que las relaciones sean más difíciles y generar una barrera psicológica para ambos.
A su vez, las diferencias en la libido, la ansiedad de desempeño o las expectativas poco realistas sobre la duración del sexo pueden empeorar la situación. El problema rara vez es solo físico o solo emocional: suele ser una combinación de ambos.
TRATAMIENTOS Y PERSPECTIVAS
No existe un tratamiento único para el orgasmo retardado. El primer paso es identificar la causa: ¿es un efecto secundario de un medicamento? ¿Está relacionado con el estrés? ¿Se debe a un problema neurológico?
En algunos casos, ajustar la medicación puede resolver el problema. En otros, se recomienda la terapia sexual, que no solo ayuda al hombre sino también a su pareja a entender el problema y encontrar soluciones conjuntas. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser útil en hombres con bloqueos psicológicos relacionados con el orgasmo.
Algunos fármacos que aumentan los niveles de dopamina, como el bupropión o la cabergolina, han mostrado resultados prometedores en estudios pequeños.
También se están explorando dispositivos de estimulación, como vibradores para el perineo o la próstata, que pueden aumentar la sensibilidad y facilitar la llegada al clímax.
A pesar de que el orgasmo retardado sigue siendo un trastorno poco estudiado, los especialistas en salud sexual coinciden en que se trata de un problema real que afecta la calidad de vida de muchos hombres y sus parejas. Quizás en un futuro cercano, así como la medicina revolucionó el tratamiento de la disfunción eréctil, aparezca una solución específica para quienes ven el placer como una meta lejana y esquiva.
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