Desconocido, jugó como no debía y lució frustrado

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

Algo está fuera de discusión: Estudiantes ha bajado considerablemente su nivel y por eso acumula dos derrotas y un empate.

Horas antes de emprender el vuelo que lo llevará a tierra lejana para debutar en la competencia que más lo ilusiona, el Pincha cometió demasiados errores y, para colmo, padeció un criticable accionar del árbitro Ramírez, que promovió la pérdida de tiempo en forma constante.

El rendimiento general deparó en una de las peores versiones. No hubo figuras. Sólo la sana rebeldía de Tiago Palacios y las buenas intervenciones de Alexis Castro se despegaron de una producción que instaló un genuino toque de atención.

Eric Meza, que se desentendió por completo de una jugada clave para protestar, Lucas Alario (sigue sin tener peso en el área), José Sosa (lento y fuera de foco por la intensidad que propuso el rival), Cristian Medina (gobernado por una tibieza que choca de frente con la idiosincrasia de la camiseta que viste), y los colombianos Cetré y Manyoma (parecen haber olvidado lo bueno que supieron mostrar), fueron los peores de un equipo que estuvo “apagado”, superado en carácter y casi desnudo de reacción.

error de meza: protestó y abandonó la jugada del gol

Estudiantes jugó el primer capítulo como no debía hacerlo y así facilitó que la enjundia de Barracas encontrara un premio muy seductor.

Sin desequilibrio en el uno contra uno, el equipo de Domínguez abusó de una tenencia tan deficitaria como previsible que lo mostró vulnerable.

En la jugada del gol de Iván Tapia hubo un error clave. Eric Meza protestó que la pelota había salido del campo (quedó la duda flotando en el ambiente) y, en su queja, se desentendió por completo de la continuidad del ataque que terminó con un preciso remate imposible de desviar para Matías Mansilla.

los cambios no modificaron el semblante que tanto lo dañó

De todos los que ingresaron, el único que mostró lucidez fue Alexis Castro. El resto se mimetizó con el semblante colectivo que terminó agrandando la autoestima de su modesto oponente.

Estudiantes ni siquiera pudo aprovechar el gol que inventó con su talento Palacios a los 38 minutos del segundo tiempo. El empate que tenía también se le escurrió en una salida insegura de Mansilla.

Nicolás Ramírez sacó amarillas para un solo lado, tuvo sugestivos problemas con su intercomunicador que restaron tiempo neto de juego, y sancionó una falta muy discutible que desembocó en el segundo gol local. Todo eso perjudicó a Estudiantes, pero si decide aferrarse a esa lectura le hará mal. Fernando Espinoza ante Newell’s y Ramírez ayer fueron personajes antipáticos para el León. De allí a utilizar sus respectivos desempeños para camuflar el apreciable bajón hay una distancia muy grande.

Estudiantes extrañó una enormidad al Rusito Ascacibar, no tiene una dupla de zagueros aceitada ni firme y deberá rezar para que Guido Carrillo esté bien físicamente para jugar en Venezuela.

Funes Mori, Medina, Piovi, Alario y Farías siguen lejos de la prestación que se imaginó con sus arribos. Mansilla volverá a escuchar críticas y tendrá que convivir con esa situación. Así es el panorama sobre el cual deberá trabajar Domínguez.

Sobran apellidos jerarquizados y está faltando eficacia. El equipo titular no sale de memoria. Tendrá que elegir bien.

 

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