La bailarina que flota: Marianela Núñez, condecorada con la Orden del Imperio Británico

La argentina Marianela Núñez, bailarina principal del Royal Ballet londinense, fue condecorada ayer “por su servicio a la danza”, como oficial de la Orden del Imperio Británico por el rey Carlos III, en el Castillo de Windsor, al oeste de Londres.

“Hace 28 años llegué a este increíble país con el corazón lleno de esperanzas, sueños y mi amor y pasión por la danza. Unirme al Royal Ballet fue el sueño de mi infancia, pero gracias a esta institución y a este país, pude cumplir muchos otros sueños más allá de mi imaginación más salvaje”, afirmó la bailarina de San Martín en Instagram.

Núñez aunció a los 6 años que quería ser bailarina, a pesar de nunca haber visto un ballet completo. Se formó de pequeña en el Colón, y algunos años más tarde, con 16, se unió al Royal Ballet en 1998, donde ascendió a bailarina principal en 2002, cuando tenía 20 años.

“Hoy, mi recorrido fue celebrado de la manera más especial al recibir mi OBE (por sus siglas en inglés), algo que nunca imaginé que sucedería”, escribió la bailarina, que acudió al Castillo de Windsor acompañada de sus padres. “Este honor no solo es para celebrarme a mí, sino a todas las personas que me ayudaron a llegar hasta aquí hoy y por supuesto, a todas las audiencias aquí en el Reino Unido y en el extranjero”.

En una ceremonia en la que Carlos III, de 76 años, retomaba sus actividades oficiales tras una pausa de para recuperarse de los “efectos secundarios” de su tratamiento contra el cáncer, Núñez fue condecorada tras años de ser considerada dueña de una técnica tan pura, tan simple y tan delicada, que es inigualable. Mario Galizzi, director del Ballet del Colón, certificó que la suya es una “técnica estándar de oro”.

El reconocimiento a la carrera de Marianela Núñez con esta condecoración fue acogida con entusiasmo por el Royal Ballet. “Esta noticia llega como el reconocimiento más maravilloso a la distinguida carrera de Marianela y a su dedicación a su arte”, afirmó Kevin O’Hare, director del Royal Ballet. “Su técnica y destreza fenomenales, combinadas con su devoción a la compañía y su capacidad única de conectar con el público, la convierten en una embajadora brillante del ballet”.