Se entregó otro sospechoso por el montaje de un video con amenazas

En el marco de la sangrienta interna que hace años tiene de rehén a la filial local de la UOCRA, en busca de quedarse con el manejo del gremio y, de sus millonarios negocios satélites, un presunto integrante de la facción que respondería a Iván Tobar, se presentó ayer en la sede de la DDI La Plata, donde quedó inmediatamente detenido en la causa que investiga el montaje de un video con amenazas.

Se trata de Pablo Martín Holbig (35), sobre quien pesaba una orden de captura emitida por el juez Federal Ernesto Kreplak, quien seguramente en la jornada de hoy le tome declaración indagatoria junto a la fiscal Ana Russo.

La imputación es por el delito de “amenaza agravada por haber sido cometida con el empleo de armas y de forma anónima, con el propósito de obtener alguna medida o concesión por parte de miembros de los poderes públicos, en concurso real con el delito de asociación ilícita, por considerarlo miembro de una asociación o banda de tres o más personas destinada a cometer delitos”.

Como se recordará, ese material data de agosto de 2021 cuando, de acuerdo a lo que entendió probado la Justicia, “diez personas con armas largas, máscaras, algunos con uniformes y chalecos de la Policía bonaerense”, aparecieron realizando amenazas de muerte. Todo en el contexto de una citación judicial que recibió Juan Pablo Medina por un acto realizado en la vieja sede sindical de 4 y 44.

Como “El Pata” tenía prohibido, como condición para mantener la excarcelación, no formar parte de ningún cónclave gremial, su exposición en ese encuentro pareció significar una transgresión a la disposición y un riesgo cierto de volver a la cárcel.

Ahí entonces aparecieron los enmascarados artillados, donde uno de ellos, a viva voz, exclamó: “Queremos arrancar diciendo que si mañana van a tomar medidas con nuestro líder acá estamos, pero de verdad. Estamos con vos Pata, Puly, 100 por ciento. Vamos a matar al juez, al fiscal, al hijo del juez y al que venga”, mientras cargaban y montaban sus armas de manera desafiante. Hasta le mandaron un mensaje intimidatorio al propio Tobar.

Fue por un delator o arrepentido, quien colaboró con los magistrados y permitió un avance significativo en la búsqueda de los responsables, que en principio no eran acólitos de Medina, sino hombres que cumplían aparentes órdenes “del General”.

Voceros judiciales indicaron que sobre Holbig pesaba un pedido de captura nacional e internacional y hasta alerta de Interpol.

Un informante expresó que el sospechoso habría decidido deponer su actitud evasiva cuando tomó conocimiento que le habían allanado el domicilio.

“Ahí se sintió bajo presión y decidió entregarse”, añadió el portavoz.

En las tareas de campo participó persona de la Dirección de Contraterrorismo de la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado, quienes serán los encargados de su alojamiento.

Seguramente, como ocurrió con Tobar y los otros imputados, también disponga de una caución real cercana a los 20 millones de pesos.

Con la caída de Holbig, ya son cuatro los detenidos por el caso y hubo uno sobreseído por fallecimiento.

“Faltan otros dos y seguir con la investigación para identificar a los tres restantes”, indicó una persona con acceso al expediente.

“Desde el inicio de la investigación se introdujo la hipótesis de que la filmación se trataba de una `puesta en escena` de personas ligadas a la facción rival del `Pata` Medina para perjudicarlo en el ámbito judicial”, destacó Kreplak.

En la misma resolución se puso en la mira a Holbig, quien sería el que tomó la posta ante la cámara.

“Las pruebas adunadas, contestes con las previamente valoradas, dieron cuenta que las amenazas se originaron en el inmueble de calle 64 entre 13 y 11 de la localidad de Punta Lara, perteneciente al líder de la facción gremial, Iván Tobar. Para arribar a tal conclusión, se desarrollaron progresivamente una serie de medidas de prueba que arrojaron, con contundencia, elementos claves para la pesquisa”, completó el magistrado.