Malestar y desmentida por un supuesto plan de espionaje de la SIDE

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Con críticas al periodismo, aunque sin aportar precisiones, el presidente, Javier Milei, salió a desmentir ayer que el nuevo plan estratégico de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) apunte a realizar tareas de espionaje sobre sectores críticos del Gobierno y negó también que la mira de los espías pueda recaer en periodistas, economistas, académicos y todo aquel que cuestione a la administración nacional, según surge de una copia del Plan de Inteligencia Nacional que reveló ayer el diario La Nación.

“Este el primer Gobierno en décadas que ha tomado la decisión política de no utilizar la SIDE para perseguir opositores, periodistas o adversarios políticos”, se lee en el breve comunicado oficial difundido por la Oficina del Presidente y por el propio mandatario en sus redes sociales para desmentir lo que calificó como “versiones periodísticas” sobre los supuestos objetivos del PIN.

El texto fue replicado por Milei junto a un mensaje en el que volvió a cargar contra la prensa: “EL PERIODISMO (90%). Los mayores creadores de noticias falsas en la historia de la humanidad. Fin”, disparó.

De acuerdo a la investigación periodística, el nuevo plan estratégico de la SIDE estableció como foco de interés a quienes “erosionen la confianza” en funcionarios, “manipulen la opinión pública” o interfieran en la percepción ciudadana sobre las políticas del Gobierno.

Se aclara además que el Plan de Inteligencia Nacional es un documento secreto que desarrolló la cúpula de la SIDE bajo el liderazgo Sergio Neiffert, cercano al asesor Santiago Caputo. Desgrana cuáles son los intereses estratégicos del país para, a partir de allí, trazar los objetivos generales de inteligencia y, a continuación, enumerar las eventuales acciones particulares a desarrollar para cumplirlas.

ZONA GRIS

Con base en un documento de 170 páginas (“llenas de generalidades, zonas grises y ambigüedades”) y verificado con dos fuentes independientes, la nota informa que los lineamientos del plan incluyen el monitoreo de actores que generen “pérdida de confianza” en las políticas económicas o que incidan en procesos “cognitivos” de la opinión pública, por medio de nuevas tecnologías o inteligencia artificial.

Según el diario, el Plan amplía los márgenes de acción de los servicios de inteligencia en áreas tradicionalmente sensibles, sin especificar con claridad los alcances de las tareas que podrían desarrollarse ni los límites entre inteligencia externa e interna.

El medio también informó que el documento señala que será objeto de interés cualquier conducta que afecte la percepción social mediante “distorsión” o manipulación, una formulación ambigua que podría alcanzar a economistas críticos del Gobierno, periodistas, influencers e incluso funcionarios oficialistas, dependiendo de su comportamiento en redes sociales.

Desde la Oficina del Presidente aclararon, no obstante, que “el Plan de Inteligencia Nacional es un documento secreto que establece los lineamientos del sistema de inteligencia para promover los intereses estratégicos de la Argentina. Al mismo solo tienen acceso el presidente, la secretaria de inteligencia y la Comisión Bicameral permanente de fiscalización de los organismos de inteligencia del Congreso de la Nación”.

CRÍTICA OPOSITORA

En medio del revuelo, el legislador porteño por la Coalición Cívica, Hernán Reyes calificó el hecho como “el más grave” desde que asumió Milei. “El Gobierno ha decidido poner en la mira a quienes supuestamente manipulan la opinión pública. Es una decisión cínica, perversa y profundamente autoritaria. Estamos ante una autocracia en plena expansión. Los mismos que promueven un ejército de comunicación paralelo, parainstitucional, que produce y difunde noticias falsas, son ahora los que, desde el Estado y la SIDE, buscan perseguir a opositores y periodistas bajo esa misma excusa”, escribió en la red X y acusó al Presidente de querer modelar la realidad “a su antojo, sin importar la verdad, silenciando disidencias y debilitando la democracia”.

Mientras, trascendió que en las próximas horas podría citarse a una reunión de la Comisión Bicameral del Congreso para poner la lupa sobre los tramos del documento que Neiffert entregó al Parlamento a fines del año pasado y que todavía no fue aprobado por el cuerpo que preside el senador Martín Lousteau (UCR-Capital).

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