Sola y en la mira: una psicóloga de La Plata sintió los peores demonios por un robo

El hecho ocurrió a plena luz del día. El ladrón escapó tras ser descubierto, pero logró llevarse una notebook. La vulnerabilidad de la Zona Norte, otra vez en el centro de la escena. Analizan varias cámaras de seguridad

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Domingo por la tarde. Un sector de City Bell se encontraba inmerso en esa calma ilusoria que muchas veces precede a los peores sobresaltos. Eran las 15.05, plena luz del día, cuando, en una casa de la calle 475 esquina 10, una psicóloga de 63 años, que estaba trabajando frente a su computadora, fue violentamente arrancada de su rutina por un hecho aterrador.

Estaba sola en su oficina, ubicada en el segundo piso de su vivienda, cuando un ruido sordo quebró el silencio. Al principio, pensó que era su perro. Pero algo no encajaba. Un crujido de ramas, un presentimiento oscuro. Se levantó y se dirigió a la planta baja a ver qué estaba pasando.

Apenas descendió se topó cara a cara con un hombre de unos 30 años, que vestía una campera gris. Dentro de su hogar. Invadiendo su espacio. Su reacción fue instintiva, visceral: gritó “¡Policía!” con todas sus fuerzas. No había tiempo para pensar. El delincuente, sorprendido por el alarido y quizás temiendo la presencia de vecinos o cámaras, escapó a toda prisa.

Temblando, con la adrenalina a flor de piel, la mujer no se movió. Cerró la puerta de su oficina y aguardó unos instantes. Solo cuando llegó el personal del sistema de seguridad privada -a las 15.14- se sintió lo suficientemente segura como para bajar y recorrer su casa. Entonces, el horror se hizo visible: una de las ventanas del dormitorio había sido rota. Su notebook, la herramienta con la que cumplía sus labores profesionales, ya no estaba. El ladrón no solo había robado un objeto: le había arrancado parte de su tranquilidad.

La Policía llegó poco después y abrió una investigación por la que ahora las cámaras de seguridad de la zona están siendo revisadas cuadro por cuadro.

¿Actuó solo? ¿Fue al voleo o se trató de un golpe estudiado? ¿Se hizo inteligencia previa? Las imágenes podrían ser clave para identificar al delincuente, seguir su rastro y, tal vez, tirar de la cuerda que revele una posible banda detrás del golpe.

 

 

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