Crónica de un final anunciado: el papelón del video se llevó puesta a la jueza del caso Maradona
Edición Impresa | 28 de Mayo de 2025 | 02:40

“¿Yo señor?, No señor”. Como si se trata del juego del Gran Bonete, la jueza Julieta Makintach resistió todo lo que pudo y, sin ponerse colorada, defendió su inocencia a capa y espada. Hasta que la evidencia fue tan abrumadora, que no pudo evitar que la echaran del juicio por la muerte de Diego Maradona.
En medio de una audiencia escandalosa en los tribunales de San Isidro, a partir del papelón de los videos, la magistrada quedó muy mal parada cuando el fiscal Patricio Ferrari, ante sus persistentes negativas, la expuso en la sala de audiencias al mostrar el guión y el trailer del material titulado “Justicia Divina”, donde aparecía como una artista de Hollywood.
Los detalles de ese documento y las pruebas fílmicas sí ruborizaron a la gran mayoría de los presentes en el recinto. Hasta uno de los abogados, sacado, le gritó “basura” (ver aparte).
Demás está decir que el descargo de Makintach, con el que se abrió la jornada, no mejoró en nada su situación.
La jueza habló de una operación de prensa, de un “escarnio público”, incluso con la difusión de imágenes de su vida privada en ropa de baño. Y en cierta medida consideró que eso le pasó por su condición de mujer.
También consideró que no hubo delito alguno, que filmar un video con una amiga no había puesto en riesgo su imparcialidad respecto del caso en el que estaba interviniendo y que no tenía conocimiento de la existencia de ningún documental.
Sin embargo, al darle intervención al fiscal Ferrari, lo que mostró no pareció respaldar esas afirmaciones. Más bien, dieron cuenta de una realidad muy diferente a la denunciada.
Lo mismo se sintió al escuchar a las partes en pugna, de la defensa y acusación.
Por eso, acorralada, Makintach soltó: “Saben qué? Yo no me voy a excusar, quiero dejar en claro que no me voy a apartar”.
“Yo no voy a dar lugar a la nulidad de este debate porque no lo merece, no hay causa ni temor de parcialidad. ¿Y saben qué? Esto me deja en calma con mi espíritu”, agregó en un intento por enmascarar su desplazamiento.
“Espero que el juicio pueda seguir sin mí, que se sepa la verdad y no haya más demoras”, concluyó.
El cierre formal lo dio el presidente Maximiliano Savarino, quien aceptó su apartamiento con duras críticas y pidió un cuarto intermedio para definir el futuro de la causa junto a su colega Verónica Di Tomasso, que también se despegó de lo ocurrido.
Dos horas más tarde, cuando se esperaba una resolución al asunto, llegó la noticia de una nueva postergación hasta mañana a las 12, cuando se anuncie si se nulifica lo actuado y se pide el sorteo de un nuevo tribunal -lo que aparece como el escenario más probable- o se decide poner un reemplazo en lugar de la funcionaria desplazada.
SUMARIO INTERNO
Sobre el futuro inmediato de Makintach, fuentes judiciales indicaron a este diario que el pasado 16 de mayo la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires ya había dado inicio a una actuación sumarial, a través de la subsecretaría de Control Disciplinario, donde se busca determinar si han existido causales para una sanción administrativa, en el supuesto más leve, o el pedido de un jury de enjuiciamiento, que sería lo más complicado.
Igualmente, Fernando Burlando anticipó que activará ese procedimiento, porque entiende que la jueza no puede continuar en el ejercicio de su cargo por inhabilidad moral.
Todo al margen de las distintas denuncias que se impulsarán en su contra, como por ejemplo la que ya se presentó por una presunta usurpación de títulos y honores, al ocupar el rol de presidenta del tribunal, cuando no le correspondía ese cargo.
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