"Fue un milagro que no muriera": desgarrador testimonio sobre la platense indenmnizada tras viaje de egresados

El escalofriante relato de una testigo del accidente en un viaje de egresados que terminó en indemnización para una platense, dio cuenta de la gravedad de la "negligencia" sufrida por una estudiante hace casi ocho años en Bariloche. A tal punto que fue un caso que derivó, tras resolución en los últimos días, en una indemnización por daños y perjuicios por $6.818.865.

“No se lesionó sola, fue pura negligencia. El juego no estaba vallado y cuando nos tirábamos del culipatín nos caíamos en una curva que daba a un precipicio", empezó contando a El Día una compañera de la chica accidentada en aquel momento (2017), que desde una escuela de La Plata asistieron a un viaje de cierre de etapas.

"Dos compañeras logramos agarrarnos de unas ramas y salir. Además de eso, la diagnosticaron súper mal y minimizaron todo lo que tenía. Fue gravísimo todo lo que pasó”, confesó la amiga de la víctima entre lágrimas, cuya identidad se preserva.

El incidente, ocurrido el 3 de agosto de 2017 en la base del Cerro Catedral, dejó a la joven platense con una fractura de calcáneo tras impactar su pie contra una piedra durante el tradicional “culipatín”. Según el testimonio, la falta de vallado y la peligrosidad de la curva, que bordeaba un precipicio, convirtieron un juego inocente en una pesadilla. “Fue un milagro que no muriera”, agregó la testigo, destacando cómo ella y otras dos compañeras se salvaron aferrándose a ramas en un acto de desesperación.

El caso, que salió a la luz nuevamente tras la reciente resolución judicial, obligó a la empresa Travel Rock, Catedral Alta Patagonia y a la aseguradora Universal Assistance a pagar una indemnización que supera los $6.5 millones, incluyendo $4.45 millones por incapacidad sobreviviente, $2 millones por daño moral, $10,000 en gastos médicos y $120,000 por daño estético.

La Justicia determinó que las empresas fueron responsables por no garantizar la seguridad, un fallo respaldado por el relato de la testigo, quien denunció una atención médica inicial deficiente que minimizó la gravedad de la lesión, diagnosticándola inicialmente como un simple esguince.

La joven, que requirió cirugía tras regresar a La Plata, y su familia lucharon años por justicia, exponiendo las fallas en la organización del viaje. El testimonio de su amiga no solo reafirma la negligencia, sino que añade un peso emocional devastador:

“Es mi amiga, la vi sufrir y nadie hizo nada para evitarlo”. Este caso, que hoy resuena en la Ciudad, pone en jaque la seguridad en los viajes de egresados y exige respuestas ante la indiferencia que pudo costar más que una fractura.