El olvido, otra forma de destrato que empuja a la soledad en la vejez

Especialistas advierten sobre el daño de conductas que marcan indiferencia y exclusión. Los grupos de pares, una salida

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El maltrato cotidiano y silencioso hacia las personas mayores es una problemática creciente pero poco visible. En la sociedad se asocia la vejez con dependencia, fragilidad y enfermedad, pero en lugar de actuar suele dársele la espalda, lo que genera indiferencia y exclusión. Especialistas advierten sobre el daño de estas conductas que van desde el abandono en el entorno familiar hasta el destrato institucional.

“El maltrato a las personas mayores es complejo. Puede presentarse en distintos ámbitos, a nivel institucional, social o intrafamiliar, y las formas de ejercerlo también son variadas: puede tratarse de maltrato físico, psicológico, económico y sexual, entre otros”, explicó Silvia Gascón, presidenta de la Red Mayor La Plata y Directora del Centro de Longevidad de la Universidad Isalud.

La especialista explicó en diálogo con este diario que la violencia institucional se produce desde organismos públicos o privados como bancos, obras sociales y centros sanitarios, los cuales “están en los primeros lugares de maltrato, según las personas mayores”, aseguró. Las más visibles “hoy en día son el monto de las jubilaciones y las pensiones”, agregó.

También hizo hincapié en el “maltrato tecnológico” propio de esta época en la que se exige a las personas mayores realizar trámites de forma online, sin haber recibido la capacitación adecuada, así como las estafas virtuales, que cada vez tiene más víctimas dentro de este grupo etario.

Por otro parte, se suma el maltrato en el ámbito familiar. “En este caso el más denunciado es el psicológico, que no lastima el cuerpo, pero sí el alma, como los gritos, la descalificación, la falta de contacto y apoyo”, comentó.

Esta situación está vinculada a la visión estereotipada que se tiene de la vejez. “Se la asocia a la desvinculación del ámbito laboral, con la jubilación, con empezar a enfermar”, indicó Juan Pablo Scarpinelli, licenciado y Profesor en Psicología (UNLP) y diplomado en seguridad del Paciente (ISALUD).

Los especialistas coincidieron en la importancia de implementar políticas públicas de cuidado a domicilio, capacitar profesionales para detectar el maltrato, habilitar espacios de denuncia e involucrar a toda la sociedad en la escucha y acompañamiento de las personas mayores.

Un tema central que preocupa es la soledad, pero aquella “que se siente como dolor. Cuando a alguien lo puede aislar o lo fuerzan a estar solo. La que es producida por un otro”, explicó el psicólogo. De ahí también la importancia de tener espacios de expresión. “Un gran consejo puede ser un centro de tercera edad, un lugar de recreación, un taller de cerámica, música, coro, pero de pares”, sugirió.

Por eso, en el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez que se conmemora el 15 de junio, invita a reflexionar sobre las dificultades que afectan a quienes transitan esta etapa de la vida. “De alguna manera es darle visibilidad”, afirmó Scarpinelli, que este martes a las 15 brindará una charla en la Agencia de Pami de Los Hornos (66 Nº 2.342) sobre “Bienestar Emocional en la Vejez.

Decirle “no” a la soledad

En esta fecha, también cuentan su experiencia los que le dicen “no” a la soledad y buscan compartir junto a sus pares generacionales, que se encuentran en la misma situación.

En la “Biblioteca Popular Dr. Nicolás Avellaneda” del Club Circunvalación, en Villa Elvira, funciona un grupo de la Tercera Edad donde personas mayores participan en diversas actividades como encuentros literarios, coro y teatro.

“Además de estar activos, el objetivo es hacerle compañía a quien por distintos motivos está mucho tiempo sólo”, indicó Laura Giambarella, bibliotecaria y coordinadora del grupo. “Si bien tienen familia, la vorágine de la vida hace que cada uno tenga sus compromisos y ellos estén solos. Por eso, vienen al club en busca de compañía”, agregó.

Rosa Reinery Sarango Farías tiene 79 años y es parte del grupo. Al compartir su experiencia y resaltar la necesidad de estar con sus pares expresó: “Me siento alegre, querida, entretenida, y escuchada. Nos consideramos familia”.

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