Un investigador de Chivilcoy avanza en nuevos métodos para detectar y tratar la celiaquía

Mauricio De Marzi lidera un proyecto innovador desde la UNLu y el CONICET, con hallazgos publicados internacionalmente y un enfoque ambiental pionero sobre la enfermedad celíaca.

En Chivilcoy, el investigador del CONICET y docente de la Universidad Nacional de Luján, Mauricio De Marzi, trabaja actualmente en un proyecto de investigación sobre la enfermedad celíaca. La iniciativa, que se desarrolla en Argentina y fue publicada en la revista científica estadounidense Experiment, busca identificar nuevos biomarcadores para mejorar el diagnóstico y el seguimiento de esta patología. La investigación se lleva a cabo en el presente, involucra a la comunidad científica local y tiene un fuerte anclaje territorial en Chivilcoy, donde ya se han obtenido hallazgos significativos.

El estudio es una continuidad de investigaciones anteriores realizadas en laboratorio, y apunta a descubrir moléculas que faciliten diagnósticos más precisos y menos invasivos. De Marzi señaló que la enfermedad celíaca está “subdiagnosticada”, en gran parte debido a la falta de herramientas adecuadas. Según explicó, “muchas personas, al comenzar una dieta libre de gluten sin un diagnóstico previo, ven cómo sus anticuerpos específicos para la celiaquía se negativizan en pocos meses, dificultando el diagnóstico posterior, especialmente si se quiere evitar una biopsia intestinal”.

En ese sentido, el proyecto busca “hallar marcadores de fácil detección, preferentemente en sangre, que permitan identificar la patología de forma más temprana, mejorar el seguimiento de los pacientes o, incluso, diagnosticarla aún si la persona ya inició la dieta sin gluten”.

El equipo presentó parte de estos resultados hace unas semanas en el Círculo Médico de Chivilcoy y logró publicar el estudio en la revista científica Elsevier. Allí se analizó la situación de la enfermedad celíaca en la ciudad, comparando los datos de pacientes diagnosticados con los de personas con anticuerpos positivos y negativos. Esos resultados despertaron nuevos interrogantes y dieron origen al proyecto actual.

La publicación en Experiment representa una posibilidad concreta de financiamiento. Esta plataforma estadounidense evalúa y difunde proyectos científicos de distintas áreas para que personas e instituciones puedan colaborar económicamente. “El procedimiento implica que Experiment evalúa las propuestas de investigación, las publica y las publicita para que individuos y organizaciones puedan realizar donaciones, con el objetivo de alcanzar el presupuesto total. El equipo de investigación también participa activamente en la difusión a través de redes y medios, esperando alcanzar los montos necesarios para continuar su labor”, explicó De Marzi.

Uno de los aspectos más novedosos del trabajo es la hipótesis de que factores ambientales podrían influir en la celiaquía. El equipo observó una concentración llamativa de personas en Chivilcoy con anticuerpos positivos para gliadina y transglutaminasa, lo que podría indicar la presencia de un agente ambiental que actúe como disparador inmunológico.

Tras descartar el agua como factor, comenzaron a estudiar el aire. Aunque los resultados aún no han sido publicados en su totalidad, De Marzi anticipó que “tras un año y medio de monitoreo en varios puntos de la ciudad, se ha detectado la presencia de harina en el ambiente”. Agregó que “existe un comportamiento repetitivo en ciertos horarios y meses del año, lo que apoya la hipótesis de que factores ambientales, además de los genéticos, podrían estar determinando que una persona reaccione contra el gluten y genere anticuerpos”.

En paralelo al desarrollo científico, De Marzi advirtió sobre las dificultades que enfrenta la investigación en Argentina. A pesar de haber sido seleccionado por la Agencia Nacional de Promoción de la Ciencia y la Técnica para recibir financiamiento, el equipo sólo recibió un par de cuotas. “Hace un año que no recibimos más fondos, lo que dificulta la continuidad de los proyectos”, lamentó.

También señaló que los fondos que aportan las universidades son insuficientes. “Con fondos escasos para investigación y un alto costo de reactivos que pueden valer miles de dólares, la situación se torna muy agobiante y muy complicada”, aseguró.

Por eso, aunque buscar recursos en el exterior parece una alternativa, tampoco resulta sencillo. “Si bien la calidad de los proyectos argentinos es alta, existen restricciones y prioridades para los proyectos dentro de los continentes de origen de los fondos”, explicó. Estas barreras obligan a los investigadores locales a depender de convocatorias internacionales específicas, lo que limita la autonomía científica nacional. “El contexto actual exige una gran ‘imaginación’ para mantener la investigación en pie”, concluyó.

 

Investigación celiaquía Chivilcoy

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