Ganadería y agricultura en Argentina: una alianza posible y rentable
| 2 de Junio de 2025 | 09:46

En Argentina, la ganadería de carne y leche atraviesa una etapa de grandes desafíos y transformaciones. Estos cambios se deben principalmente a factores climáticos, desplazamientos hacia regiones menos favorables y variaciones del mercado que afectan la rentabilidad y las inversiones en el sector.
Las condiciones climáticas adversas, como sequías consecutivas e inundaciones, golpean distintas zonas, mientras que el avance agrícola empuja a la ganadería hacia áreas con suelos y climas más difíciles para el desarrollo tanto de cultivos como de sistemas productivos ganaderos. Sin embargo, en regiones subtropicales del norte, el ganado adaptado sigue prosperando.
En el plano económico, la fluctuación en el valor de la carne ha impactado la estabilidad del sector. No obstante, el reciente aumento en precios abrió oportunidades para productores agrícolas interesados en diversificar y transformar parte de su producción en carne, generando una fórmula económica favorable.
Es común pensar que agricultura y ganadería son rivales, pero investigaciones en el sudoeste bonaerense demuestran que la convivencia es no solo posible, sino también ventajosa. Un modelo integrado mejora resultados productivos, equilibra riesgos y fortalece la sustentabilidad a largo plazo.
Según Aníbal Fernández Mayer, Doctor en Ciencias Veterinarias especializado en Nutrición Animal y Director Ejecutivo de la Consultora Internacional de Producción y Nutrición de bovinos, “la ganadería no debe verse como enemiga de la agricultura, sino como una aliada estratégica. Bien gestionadas, ambas pueden complementarse y generar resultados económicos sólidos y sostenibles.”
La clave está en la especialización y el manejo profesional. Productores ganaderos exitosos realizan un monitoreo constante y sistemático de sus animales y recursos, fijan metas claras y ajustan estrategias según resultados. Un ejemplo destacado es la familia Chiatellino, en Bonifacio, Buenos Aires, que desde 1998 combina prácticas agrícolas de alta tecnología con sistemas ganaderos eficientes, logrando rentabilidad aun en épocas difíciles.
El seguimiento detallado de peso, alimentación y costos permite optimizar la producción y mantener calidad constante, lo que incluso posibilita el desarrollo de marcas registradas para sus carnes, valoradas en el mercado por su sabor y ternura.
Este enfoque basado en conocimiento y tecnología permite superar crisis y aprovechar momentos de precios favorables, demostrando que la ganadería puede consolidarse como un negocio rentable y sustentable, si el productor se especializa y se compromete a largo plazo.
En definitiva, Argentina tiene ante sí la oportunidad de potenciar un sistema agrícola-ganadero complementario, que beneficie tanto a empresarios rurales como a la economía nacional.
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