La pesca, en crisis, con cierre de plantas y juicios

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Mientras que en Mar del Plata la flota pesquera permanece amarrada y hasta la Iglesia católica se expresó por la situación de los trabajadores en el sur del país, el producto estrella del mar argentino, la captura de merluza negra, está judicializada en los tribunales federales de Comodoro Py por una demanda que lleva adelante una empresa tradicional y que cuenta con el patrocinio de Fernando Burlando contra el Consejo Federal Pesquero por supuestas arbitrariedades en el otorgamiento de los cupos.

La investigación en los tribunales federales de Comodoro Py la lleva adelante el juez Ariel Lijo y, según fuentes judiciales, se aguarda que comiencen a prestar declaración indagatoria varios funcionarios del Consejo Federal Pesquero.

Los denunciados enfrentan acusaciones por arbitrariedades en el otorgamiento de los cupos de pesca de merluza, especialmente de la especie merluza negra, entre empresas privadas.

El caso marplatense es más grave que una situación coyuntural porque la captura del langostino sufrió un enorme retroceso en el mercado, cuyos precios anotaron una baja cercana al 50%.

Ante la caída de los precios de los frutos del mar, las entidades empresariales -Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores (Capeca), el Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA) y la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (Capip)- señalaron que “los sindicatos de la actividad se niegan a revisar el convenio colectivo firmado en 2005. Operar bajo esos términos convierte en inviable la actividad”.

Sólo se llegó a un principio de acuerdo entre los sindicatos y, en plena conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo, para que el sector fresquero comience con la zafra de langostino.

Sin embargo, el problema gremial se agravó en el segmento congelador de la actividad que continuará con las huelgas. Por ello, el puerto marplatense se encuentra completamente paralizado, lo que motivó un ruego urgente del obispado local para hallar una solución cuanto antes.

Mientras el sector pierde aproximadamente 200 millones de dólares en exportaciones y el Estado nacional dejó de obtener 15 millones de dólares por derechos de exportación, la Iglesia expresó que la situación requiere una urgente intervención de todos los responsables porque está en juego el trabajo de la gente.

Además, recordaron las palabras del Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si, donde se afirma que “el trabajo es una dimensión esencial de la existencia del hombre sobre la tierra, una prolongación de la obra de la creación. Quitar el trabajo es quitar la dignidad”.

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