La nueva terminal impulsa el crecimiento urbano en la periferia de Junín

El traslado del edificio a Ruta 7 y Circunvalación reconfigura Junín y genera debate

Con la reciente aprobación del traspaso de la nueva Terminal de Ómnibus a manos privadas, Junín inició una etapa que promete redefinir su perfil urbano. Ubicada en la intersección de Ruta Nacional 7 y Avenida de Circunvalación, la obra no solo modifica la dinámica del transporte, sino que acelera una transformación más amplia del sector oeste de la ciudad, históricamente considerado periférico.

El traspaso fue aprobado por el Concejo Deliberante y promulgado por el Ejecutivo. Desde entonces, corre un plazo de 45 días para que la empresa adjudicataria ponga en funcionamiento el edificio, con fecha límite el 1° de agosto. Esto marca también el cierre definitivo de la actual terminal de Avenida San Martín, reemplazada por una estructura moderna que promete mejores condiciones para usuarios y trabajadores del transporte de corta, media y larga distancia.

Pero más allá del impacto funcional, el traslado activa una transformación urbana de fondo. La Terminal Mario Meoni se convierte en el eje de un nuevo polo con creciente actividad comercial, habitacional y de servicios. El secretario de Obras Públicas, Juan Pedro Dillon, explicó a Democracia que el objetivo del municipio es “configurar un nuevo borde de ciudad que no divida, sino que una, que conecte el casco urbano con las áreas residenciales extraurbanas”.

Entre las obras que acompañan este cambio, Dillon mencionó el Paseo de la Ribera, bicisendas, la propia terminal y emprendimientos privados que ya se están consolidando. “Está dando lugar a una nueva imagen de ciudad, con potencial para arrastrar nuevos desarrollos y proyectos complementarios”, aseguró.

Desde el Colegio de Arquitectos de Junín, en cambio, advierten sobre los riesgos de avanzar sin planificación. Federico Alzari señaló que gran parte de las obras se desarrollan en un área catalogada como de Protección Ambiental (APA), donde el Código de Planeamiento limita usos permanentes. “En la práctica se han habilitado viviendas y ahora una terminal de ómnibus. Creemos que esto no estuvo planificado adecuadamente”, advirtió.

Para Alzari, se necesita una mirada integral: “Este sector no puede pensarse aislado. Es parte de un sistema mayor que incluye el Paseo de la Ribera, la laguna, el humedal del Salado y todo el borde oeste. Necesitamos una discusión seria y multidisciplinaria sobre qué ciudad queremos construir”.

Desde el mercado inmobiliario, el martillero Hernán Pietrobón consideró que la nueva terminal y la mejora de servicios en barrios como Padre González ya están reconfigurando el tejido urbano. “Este tipo de obras atrae inversiones, promueve nuevos usos del suelo y consolida un corredor mixto que ya no es solo de tránsito, sino también residencial, comercial y logístico”, describió.

También el presidente del Colegio de Martilleros, Daniel Di Palma, destacó que la nueva configuración territorial marca “un antes y un después” para Junín. “Hace más de 15 años que vemos esta tendencia. La inversión privada viene acompañando este proceso en función de las obras públicas que lo posibilitan”, señaló.

El crecimiento hacia los bordes de la ciudad ya es un hecho. El desafío, según coinciden los especialistas, está en ordenar ese desarrollo con planificación y una visión sostenible que integre las nuevas centralidades con el casco urbano consolidado.

Junin

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