La OTAN, una alianza con grandes disparidades

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Álvaro Villalobos

Columnista de AFP

La cuestión del gasto militar dominará los debates en la cumbre de la OTAN en La Haya. Y tras el objetivo de que cada país invierta en ello el 5% de su PIB dentro de una década se esconde por el momento una gran disparidad, que tiene mucho que ver con la cercanía o lejanía respecto a Rusia.

El objetivo del 5%, planteado de cara a 2035, supone un salto gigantesco respecto a la meta fijada hace una década, el 2%.

De momento, sólo Polonia está cerca de la ambiciosa meta, con un 4,7% previsto este año y un 5% en 2026, después de invertir estos últimos años en la compra de armamento a Estados Unidos y Corea del Sur principalmente.

El país tiene frontera con Rusia y Bielorrusia, y desde que Moscú invadió la vecina Ucrania, ha acelerado la modernización de su ejército, que es ahora mismo el tercero de la OTAN por tamaño.

Las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, que se sienten directamente amenazadas por Rusia y tienen servicio militar obligatorio, presumían de porcentajes de inversión en Defensa superiores al 3% ya en 2024.

Estados Unidos se situó en un 3,2%, y Grecia, que no quiere quedarse en desventaja respecto a Turquía para proteger su espacio aéreo y marítimo en el mar Egeo, invirtió un 3%.

En la cola de inversión y bien lejos de Rusia, España dedicó a Defensa un 1,24% de su PIB, y su presidente del gobierno Pedro Sánchez insiste en que el objetivo para Madrid será un 2,1%, “ni más ni menos”.

Por debajo de ese umbral se situaron igualmente Bélgica (1,29%), Canadá (1,45%) e Italia (1,5%).

Francia, con un 2,03% de su PIB invertido en Defensa el año pasado, Alemania (2,1%) y Reino Unido (2,3%) superaron el umbral requerido hasta ahora.

Horas antes de la cumbre de La Haya, Londres se comprometió a invertir el 5% de su PIB en Defensa para 2035, y Berlín prometió llegar al 3,5% en 2029.

Según el sondeo de ECFR, una media del 50% de la población de los 12 países sondeados ve bien incrementar el gasto en Defensa, y un 59% seguir apoyando militarmente a Ucrania incluso si Estados Unidos retira su soporte.

“La gente siente una profunda inseguridad. Esto no empezó con Donald Trump, pero se ha enfatizado desde que regresó a la presidencia”, abunda Mark Leonard.

“Europa se concentrará en demostrar a la administración norteamericana que va en serio con el aumento de gasto en Defensa”, comprometiendo un 3,5% de gasto militar más un 1,5% en cuestiones estratégicas de cara a 2035, añade Marta Mucznik, analista del International Crisis Group.

Todo ello con un objetivo muy claro, apostilla: “mantener a Washington comprometido” con la seguridad europea, y “el apoyo a Ucrania a flote”.

 

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